13. Disfraz

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Una vez en el centro comercial comenzamos a entrar a distintas tiendas. Buscando más que nada accesorios o tacones, todo de último momento.

—¿Me dirás de que va a ser tu disfraz? —Jane me miraba entre la ropa que había en el lugar, sólo le regalé una sonrisa evitando contestarle. Ni yo sabía cuál sería mi disfraz hoy —. Yo ya te dije que me voy a disfrazar de enfermera.

—Te faltó decirlo con el puchero —reí por lo bajo al decir eso, en ocaciones Jane puede llegar a ser muy checha, o mimada, y a mi me encantaba molestarla —¡Eh! —exclamé cuando me lanzo un zapato. Podrá no tener fuerza, pero la muy maldita tiene buena puntería.

—Te he dicho que no te burles de mi, no es gracioso —. Me saco la lengua y sigo caminando por las hileras de ropa que había —¿Esa no es Alexia? —mire hacia donde estaba viendo ella, y efectivamente era la hermana de Demian. Llevaba un par de bolsas en la mano mientras entraba a la tienda donde estábamos.

—Si, estará haciendo compras de último momento como nosotras —le reste importancia, prácticamente ella era parte de mi misión pero no quiero involucrarla en esto.

Una vez que Jane encontró lo que buscaba pagamos y salimos de la tienda sin que, milagrosamente, ella nos viera. Compramos unos batidos para el camino, subimos al auto una vez que guardamos las cosas y puse rumbo hacia mi mansión mientras cantábamos.

—Wow, mira esa mansión. Me encanta su decoración, no me imagino cuanto habrán tardado —estaba mirando la mansión de mi familia y fue cuando recordé algo. Jane no sabía dónde vivo, nunca había venido a mi casa, está es su primera vez por así decirlo. Sin decir nada entre a la mansión y estacione el auto frente a las escaleras que daban a la puerta —. ¿Aquí vives? ¡Demonios! Que guardadito te lo tenías, no sabía que vivías en una mansión.

—No le di importancia a que lo supieras, y no me gusta decirlo —le quite el seguro al auto y baje de este, Jane bajo detrás de mi, para ir a la entrada con las cosas que compramos

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—No le di importancia a que lo supieras, y no me gusta decirlo —le quite el seguro al auto y baje de este, Jane bajo detrás de mi, para ir a la entrada con las cosas que compramos. Se acercó una señorita que trabaja en la mansión y amablemente me pidió mis bolsas para que las subiera a mi habitación —gracias, ¿quieres algo de comer, Jane?

—Un sándwich estaría bien, o si tienes pastel.

Entramos y fuimos directo a la cocina, tiramos a la basura los envases de los batidos. Abrí la nevera y de esta saque un plato con pastel de coco, tome dos platos chicos de los estantes y serví en estos una rebanada de pastel. Volví a guardar el pastel y me recargue en la isla que estaba enmedio de la cocina.

—¡Peter! ¡Aless! ¡Cody! —reconocía esa voz a la perfección, cuando se asomó a la cocina me dejó ver su rubia cabellera y sus ojos verdes —Aless, te necesito —hizo un puchero mientras caminaba hacia nosotras, cuando se dio cuenta de que Jane estaba aquí le sonrió y la saludo con un beso en la mejilla —. Hola Jane.

—No sabía que ustedes dos eran amigas, y menos que conociera a tu familia —en su voz se notaba el desconcierto, Beberly y yo nos miramos para luego ver a Jane —. ¿Qué?

ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora