Ángel

17. Encuentro casual

Aterrizamos en Texas por la noche y fuimos directo al hotel donde nos quedaríamos el fin de semana. Una vez que cada quien dejó sus cosas en la habitación que le tocó nos reunimos en una sola para repasar el plan.

—Mañana necesito que cada quien esté en el punto donde le corresponde, tenemos al tiempo en contra en esta misión. Solo tenemos dos días para atrapar al agente francés ir llevarlo a la agencia —Jake estaba hablando mientras los demás estábamos dispersados por la habitación que él compartía con Henry —. Agente Cooper.

—Estaré corriendo por la zona desde las cero seiscientas horas y avisaré cuando vea al agente —Andrea dijo lo que que tocaría hacer el día de mañana. Así, Jake, fue nombrando a cada agente para que dijera lo que le correspondía hacer mañana.

—Si todo sale a la perfección mañana y comprobamos que tiene la información, el domingo por la tarde estaremos aterrizando en L. A. junto con el agente francés —miró unos papeles que tenía para luego pasar su mano por su cara y soltar un suspiro  —.  Vayan a descansar para mañana.

Cerré la macbook oro rosa que reposaba sobre mis piernas y junto los papeles que había llevado. Me quite los lentes y los doble en el proceso para levantarme de la cama, camine hasta la puerta y salí por ella después de despedirme de mi primo y de Jake.

Caminé por el pasillo hasta llegar a las escaleras para llegar al piso donde estaba mi habitación, una vez en la habitación que compartía con Sarah me metí a bañar antes de dormir.

Me levante temprano para poder maquillarme. Una vez que estaba completamente lista tome mis cosas y salí de la habitación en dirección al parque. Al llegar fui directo a un café donde me senté, en una las mesitas que estaban fuera del establecimiento, y saqué mi macbook para hacer mi tarea.

—¿Todos están en sus posiciones? —escuche la voz de Jake por primera vez en el día a través del comunicador que tenía puesto. Seguido de eso se escucharon once respuestas afirmativas —.  Entonces solo queda esperar a que el objetivo aparezca.

Estuvimos al rededor de dos horas sin ningún avance en la misión. Al café también habían llegado Jules junto con Sharon y se sentaron en una mesa dentro del local, Andrea había pasado contables veces por aquí.

—Acabo de ver al agente, ¿me copian?  —habló Jason.

—¿Dónde esta y a dónde se dirige? —Jake hablo mientras pedía la cuenta.

—Se dirige donde Moretti, Foug y Hill, a unos diez minutos de donde estan —pagué la cuenta y comencé a guardar los archivos que estaba estudiando junto con la macbook. Me puse unos guantes especiales para poner el rastreador, la cámara y el micrófono en el agente.

—Objetivo a la vista —con mochila al hombro me levanté de la mesa.

—Procede con cuidado, que parezca un encuentro casual —me acomodé los lentes que tenía y caminé hacia el agente de manera casual.

Mientras me acercaba a él una sonrisa se dibujó en mi rostro, dentro de veinte minutos estaríamos en algún restaurante de Dallas celebrando que la primera parte de la misión se había realizado con éxito, mientras que Giselle y Douglas estarían detrás del agente para verificar que si tuviera la información de los agentes.

Estaba cerca de él, a unos ciento cincuenta metros y disminuyendo. Tan concentrada estaba que no pude notar como chocaba con alguien que hizo que el objetivo pasara de largo.

—¿Moretti lograste ponerle el rastreador al objetivo? —me quedé quieta sin saber que hacer. No podía contestar pues se vería sospechoso que hablara sola frente a la persona junto a mi — ¡Responde Moretti! ¡Maldición!

—No logró acercarse —a partir de ahí se formó una revolución que fue calmada hasta que Jules habló.

—Yo me encargo —después todo volvió al silencio mientras yo veía a la persona frente a mí, que había evitado que callera a causa de nuestro choque.

—Disculpa, estaba concentrado y no logré verte —su voz sonaba un poco diferente pero aún así seguía siendo su voz.

—No te preocupes —regresé en sí y me pare de manera apropiada. Acomode mi cabello al igual que la mochila en mi hombro —, yo iba igual de distraída. ¿Nos hemos visto antes? Tu rostro me suena.

—No que yo recuerde y déjame decirte que eres alguien para recordar —asentí ante lo que dijo y sonreí de lado —. Mi nombre es Samael Occon, un gusto —se presentó haciendo que un escalofrío recorriera mi cuerpo desde mi cabeza a los pies.

¿Será porqué así se llamaba el diablo?

No solo fue porque tenía el antiguo nombre del diablo, sino también por dar otro nombre. No había forma de que fuera alguien más, reconocería esos ojos, aunque no del mismo color, donde fuera al igual que esos tatuajes.

—Kikey Salvador —mostré una amplia sonrisa al momento que le extendía mi mano, la cual aceptó gustoso —, el gusto es mío.

Lo observé con detenimiento. Su cabello ahora era negro y sus ojos de color verde que no le quedaban nada mal, aún con botas de tacón no lo seguía alcanzando del todo. No se cómo pero lo reconocí, puede que fue por sus tatuajes en todo su cuerpo, sin contar su rostro, o en realidad no tengo respuesta a eso.

Podía ser que estuviera en presencia de su mellizo o un clon de él. No, ninguna podía ser.

Aunque una vez leí que había aproximadamente seis personas casi iguales a ti y que tenías una probabilidad bastante baja de encontrarlos, y suponiendo que él era ingles y la persona frente a mí estaba en Estados Unidos puede que sea eso. No, no había manera que alguien tuviera los mismos tatuajes que él en el mismo lugar.

—Veo que te gustan los tatuajes, ¿puedo? —pregunté tocando su brazo derecho, en estos momentos solo podía recordar un solo tatuaje que tenía.

—Claro —me sonrió dejando que tomara entre mis manos su brazo. Le sonreí ampliamente antes de recorrer su brazo con la mirada. Cuando encontré el tatuaje que buscaba dejé de respirar por un segundo haciendo que mirara fijamente ése tatuaje —. ¿Te gusta ese? Es la reina Isabel II.

—Claro que si, es genial —sonríe natural —. Tengo que irme —camine hacia tras sin borrar mi sonrisa y me di la vuelta para comenzar a caminar, pasaron unos segundos en los que pude respirar con tranquilidad hasta que lo escuché.

—Espera, emm... ¿quieres salir mañana? —Aprete mis labios y me gire sonriendo.

—Disculpa, mañana estoy ocupada —mire la hora y abri de más mis ojos —.  ¡Maldición! Tengo que irme, puede que te vea otro día —sin dejar que dijera algo comencé a correr. No tenia nada que hacer pero tenia que alejarme de él.

—Moretti, ¿vas a contestar o no? —preste atención  nuevamente. Había salido de ese momento incómodo y ahora podía responder sin preocupaciones.

—Aquí estoy, me distraje por un momento.

—Esta bien, el agente ya tiene el localizador. Ven al restaurante que habíamos dicho para comer —solté un suspiro al escucharlo.

—No tengo hambre, los veo luego —seguido de eso me quite el audífono y lo tire al suelo para luego aplastarlo.

Segui caminando sin rumbo, en realidad necesitaba pensar y no lograría hacerlo estando acompañada. Aparte de eso también tenia que terminar de hacer la tarea que tenia pendiente.