11.- Como ser tú sin serlo.

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Me vi en el espejo del baño en el hospital, tenía el mismo cabello y los mismos ojos, coloque una mano en mi rostro, me vi detenidamente, ojeras y una expresión cansada me llenaban completamente, era yo, pero no me sentía como si lo fuera, era como si dentro de mi hubiera alguien más

-Lauren...- Una voz susurro con precaución.

-¿Sabes cómo es, cuando...sientes la muerte cerca de ti?- no la mire, continúe parada frente al espejo.

-¿A...a que te refieres?- genial, ahora existe más preocupación en su voz que amor, supongo que eso es una de las cosas que más me asustan, el hecho de que pueda descubrir esto de mí y deje de amarme.

-No me refiero a morir Camz, me refiero a que los demás vana a morir- wow, creo que eso no sonó mas calmante.

-Laur...- Me abrazo por la cintura -Tranquila yo...-

Me voltee bruscamente y la mire a los ojos, estaba molesta y a punto de derrumbarme sobre mis rodillas para llorar como una niña de tres años.

-No Camila, por primera vez en mi vida no sé si las cosas estarán bien, estoy cansada de ser fuerte, ¡maldita sea! ¿Sabes cuánto amo a nuestra hija? ¿Sabes cuánto te amo? ¿Sabes cuánto amo a Normani y cuanto amo a Ally?- grite desesperada, lagrimas cayendo por mi rostro sin control, quería golpear algo y la pared estaba a mi lado, lo hice, golpee la pared con fuerza, haciendo que mi mano se pusiera totalmente roja.

Camila me abrazo súbitamente, logrando que llorara aún más.

-No quiero que muera, ¡haz que no muera por favor! - grite mostrándole mi lado más vulnerable, tirada en el suelo del baño mientras acariciaba mi cabello.

-No puedo hacer eso mi amor- susurro limpiando lágrimas de sus ojos.

-Normani no puede morir...dentro de una semana iba a proponerle matrimonio a Ally...-

-¿Ella iba a qué?- me pregunto sorprendida.

__________

Muchas cosas importan en esta vida, otras...no tanto, pero las que importan son las mejores experiencias que jamás puedas tener, cosas simples como: Sentarte en el porche cuando es verano mientras lees un libro, puede ser completamente comparada con: El día de tu boda y es que todo depende del punto con el que se ven las cosas.

-¿Despierta si?- susurre tocándole el cabello lentamente, nunca me había sentido tan triste al ver a mi mejor amiga, ahora solo su cuerpo estaba frente a mí, porque la hermosa chica con la espléndida no estaba más con nosotros.

No quería llorar, así que salí de la habitación, Camila había ido por Bella y no la culpo, no podía pasar ni un segundo más sin ver a ese pequeño mono araña corriendo por todas partes, así que estaba sola sentada en la cafetería tomando un vaso de agua, le había prometido a mi novia que comería algo, pero no tenía muchas ganas.

Miraba sin mirar, y me sentía más perdida que antes, ¿Quién era yo y por qué había dejado que esto pasara?

Me levante, decidí ir a mirar a Ally por primera vez, pensé que ella me odiaría de alguna manera por lo que había pasado, yo me odiaba a mí misma en este momento.

Abrí la puerta tomando un suspiro largo, ahí estaba ella, sentada mirando sus manos, no lloraba, pero miraba perdidamente un rasguño que tenía en la mano izquierda.

-Ally... ¿Cómo te sientes?- pregunte caminando hacia donde ella estaba, automáticamente me golpee a mí misma en la frente ¿Cómo se supone que estaría?

Me miro y no dijo nada, coloco su mano en la ahora inexistente palabra que había sido escrita en su brazo.

-Lo siento mucho...yo- no supe que más decir, me pare frente a ella y levante su barbilla.

-Yo, yo lo siento- susurro mirando sus manos de nuevo y lágrimas comenzaron a caer.

-¿Por qué pequeña?- pregunte sentándome a su lado.

Se quedó callada por un momento muy largo y coloco su cabeza en mi pecho.

-LAUREEEEN- alguien grito abriendo la puerta con desesperación.

-Tranquila, Ally tiene algo que decirme...-

-EL..EL SE LLEVO A LA BEBE-

Cuando me haya idoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora