capitulo IV

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-¡Enhorabuena! ¡Está usted embarazada! Si todavía no ha pedido cita para ver al doctor Gordon, pulse uno. Si desea hablar con una enfermera, pulse dos...

Zoë colgó el teléfono de la oficina.

Era oficial. Aunque ya lo hubiese sabido de antes. El análisis de sangre no había sido más que una formalidad. Era definitivo, iba a tener un hijo de Nick.

Tenía que ir a decírselo, Nick había estado yendo a su oficina cada diez minutos para preguntarle si había hecho esa llamada.

Se miró el reloj. ¿Para qué levantarse si Nick volvería a aparecer allí seis minutos más tarde?

-¿Ya?

Zoë levantó la mirada y se lo encontró apoyado en el marco de la puerta.

-Llegas antes de tiempo.

-¿Antes de tiempo? ¿Has llamado?

-He llamado.

Nick entró en la oficina y cerró la puerta.

-¿Y?

-Tal y como solía decir mi madre, he tomado el camino de la familia.

-Guau -exclamó él respirando hondo--. ¿Estás bien?

Zoë asintió. Estaba bien. Había tenido un par de días para pensar en ello y se estaba acostumbrando a la idea. Aunque aquello le complicaría la vida, tampoco era el fin del mundo. Tendría un hijo. Sería capaz de manejar la situación.

-Estoy bien.

Nick se acercó a la mesa y se sentó en el borde, frente a ella. Era evidente que estaba contento, a pesar de que intentaba disimular. ¿Por qué disimulaba? A cualquier mujer le hubiese encantado que el padre de su hijo estuviese contento en esas circunstancias.

-No pasa nada porque estés contento -le dijo Zoë-. No volverá a darme un ataque.

Él sonrió.

-Supongo que eso significa que tenemos cosas de las que hablar.

Zoë sabía exactamente a lo que se refería. Parecía tan feliz que ella estaba segura de que sería un padre estupendo. ¿Pero cómo sería como marido? No estaba segura de estar preparada para casarse. No sabía si lo estaría algún día. La idea de compartir su vida con alguien, con todo el compromiso y el sacrificio que aquello implicaba... Ella era feliz con su vida.

Aunque eso no quería decir que no fuese a ser más feliz con Nick a su lado, ¿pero qué pasaría si no era así?

Tal y como le había prometido, Nick no le había vuelto a mencionar el tema de la boda mientras esperaban los resultados. Pero en esos momentos parecía estar esperando una respuesta.

-No es nada personal, Nick. Sólo... tengo miedo de que la cosa no funcione entre nosotros.

-¿Por qué no iba a funcionar? Somos amigos. Trabajamos bien juntos. Nos comprendemos -dijo él acercándose más y mirándola a los ojos-. Por no mencionar la química que hubo entre nosotros la otra noche.

Zoë hubiese deseado que no la mirase de ese modo. Se sentía aturdida. Y odiaba tener que darle la razón. Pero unas buenas relaciones sexuales, incluso unas relaciones sexuales fantásticas, no hacían que funcionase un matrimonio.

Nick se acercó todavía más a ella, tanto que pudo oler su aftershave y ver en sus ojos color avellana unos puntitos marrones.

-¿Vas a decirme que no has pensado en aquella noche al menos una docena de veces al día desde que ocurrió?

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