capitulo x

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-Lo siento mucho -se disculpó Faith entre sollozos por enésima vez desde que Nick y Zoë se habían vestido y la habían hecho entrar. Zoë estaba sentada en el sofá al lado de su hermana. Y Nick se quedó de pie, al otro lado de la habitación, con expresión confusa, como si fuese a salir corriendo en cualquier momento.

Faith nunca había sido llorona, ni siquiera de niña, lo que le hizo pensar a Zoë que algo terrible tenía que haberle pasado. Al principio, había llorado tanto que no habían conseguido sacarle ni una frase.

Se sorbió la nariz y sacó otro pañuelo de papel de la caja que tenía apoyada en el regazo.

-No puedo creer que me haya derrumbado así y tampoco puedo creer que os haya interrumpido haciendo... bueno, eso ya lo sabéis.

-Deja de disculparte y cuéntanos qué ha pasado -le pidió Zoë.

-Soy una idiota -respondió su hermana limpiándose los restos de rimel de debajo de los ojos.

-Será mejor que os deje solas -dijo Nick marchándose antes de que ninguna de las dos pudiese objetar algo.

-Me parece que lo he asustado -comentó Faith.

-Qué quieres que te diga, es un hombre. Estos días ha tenido una buena dosis de emociones, debe de estar saturado.

Faith se quedó un momento mirando fijamente el pañuelo y jugando con él antes de anunciar:

-Me ha dejado.

-Oh, Faith.

Como si Tucker pudiese sentir que pasaba algo y quisiese ayudar, se acercó al sofá y apoyó la cabeza en el regazo de Faith, mirándola cariñosamente. Faith lo acarició detrás de las orejas.

-Le dije que la quería y que quería que viviésemos juntas. Que les iba a contar la verdad a mis padres, fuesen cuales fuesen las consecuencias y ella me contestó que no quería que lo hiciese. Luego me anunció que iba a volver con su marido.

-No sabía que estuviese casada.

-Yo tampoco. En resumen, Mia me dijo que lo nuestro había sido sólo para probar y para poner celoso a su marido. Y supongo que funcionó. Él quiere que ella vuelva. Ha sido tan fría conmigo, como si nunca le hubiese importado nada. Como si yo hubiese sido sólo su conejillo de indias.

-Oh, cariño, lo siento. Sé lo mucho que te importaba.

-Me siento estúpida. Pero no puedo evitar pensar que me lo merecía.

-¿Cómo ibas a merecerte que te tratase así?

-¿Sabes a cuántos hombres que decían que me querían he dejado yo?

-Cielo, mereces ser feliz tanto como el resto del mundo.

-Hablando de felicidad, parece que las cosas entre vosotros van muy bien.

Zoë se sintió culpable por tener que admitir que estaba feliz en esos momentos en los que su hermana tanto estaba sufriendo, pero no podía contener su alegría.

-Voy a decirle que sí, que quiero casarme con él.

-¡Bien! -grito Faith antes de darle un enorme abrazo-. Es perfecto para ti. Por no mencionar que tiene un trasero estupendo.

-En eso estoy de acuerdo.

-Por cierto, que me parece que debería dejar que volvieseis a lo que estabais haciendo. Me iré a un hotel.

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