Nos queda la noche. //Klance Vampire!AU [EN PAUSA]

🍒8🍒

Lance se arrodilló y comenzó a ponerle la venda por la muñeca.
Keith apoyó su cabeza en la pared.

-¡Deja de hacer gilipolleces Keith por dios! -murmuró nervioso el cubano. Keith gruñó ofendido.

-¡Me moría literalmente de hambre! -se quejó al sentir la presión de la venda. Cerró sus ojos y respiro de forma profunda.

-Vale.. vale ya está... -murmuró mientras ponía esparadrapo a dicha venda para que no se despegase.
Lance miró a Keith. Estaba mal. Muy mal. -¿Has... bebido tu propia sangre? - el de tez pálida chasqueó su lengua.

-Si. No tenía más opciones. -pasó su mano por su frente. Traspasó esta y llegó a su cabello. Su estómago rugió y eso hizo que el azabache gruñera en voz alta. -¡Joder!... -Lance frunció el ceño.

-Bebe de mi cuello.

-Lance no.

-Si.

-No, ya lo hice anoche y...

-Fue sin mi permiso y autorización. Me estoy ofreciendo yo mismo. Vamos. -murmuró. El de tez morena suspiró. -¿Prefieres el brazo? -Keith negó.

-No, podría dolerte más. -murmuró. Se acercó a él. Lance temblaba. Todo el cuerpo le temblaba. -Lance no tienes por qué hacer esto. Puedo vivir sin sangre.

-No puedes. -Keith frunció el ceño.

-Que si... -trató de autoconvencerse.

-Keith. -miró al de tez pálida. -Ya. Vamos. -Keith miró el suelo. Pasó sus dedos por su brazo. Subieron al hombro. Keith supo por el tembleque y la cara de miedo que Lance estaba más que nervioso.
Keith alejó al chico de él una vez más, pero un bufido ajeno le indicó que procediera de una puta vez.
-Keith.

-Que sí... -murmuró. Keith se acercó a él. -Lo has pedido tú, no yo. -murmuró. El chico escondió su cabeza en el lado contrario al de esa noche. Miró su cuello: olía tan dulce, eran tan tentador... Las venas estaban suavemente marcadas y su tono canela no ayudaba nada.
Pasó sus labios buscando una vena limpia y despejada. Sintió que a Lance se le ponía la piel de gallina. Estaba más nervioso.

-Sangre, no besitos.

-Estoy buscando una vena, joder. -murmuró. Lance cerró los ojos.

-¡Date aire, coño! -Keith gruñó de nuevo. Escuchó un suave perdón. Encontró una vena.

-Voy. -Lance asintió. Keith rozó los colmillos. Encontró la vena con los colmillos.
Y tras coger aire clavó estos.
Lance se congeló al sentir sus colmillos atravesar su piel. El cubano se quejó entre dientes. Cerró sus ojos y trató de no pensar que Keith estaba chupandole la sangre como un mosquito.
El de tez pálida tenía ahora su mano en su nuca.
Lance trago saliva, cogió aire y lo tiró un poco nervioso. Se sentía raro.
No, se sentía super bien, tanto que él mismo llega al orgasmo. No.
Era raro. Sentía calor debido a su boca, dolor debido a la herida que Keith le había hecho con los colmillos, y una corriente incómoda debido a la sangre que el de tez pálida le estaba quitando.

Keith le acercó un poquito más desde su nuca. Pasó sus dedos por la parte baja de su cabello. Su sangre era tan dulce... sangre, por fin. Era capaz de ponerse a llorar de la alegría.
Apartó los colmillos al sentir la sangre fluir. Y con los labios empezó a beber. Lance se quejó suavemente al notar los colmillos desaparecer.
Ahora a Lance se le hizo la sensación similar a cuando le hacían un chupetón.

Pues a lo tonto se estaba mareando.

Keith se separó tras pasar la lengua alguna que otra vez por los dos pequeños puntitos rojizos que emanaban sangre.
Lance ahora tenía sus manos en los hombros de Keith.
El mencionado presionó con sus labios la mordida y se separó de Lance relamiendo sus labios. El cubano respiraba de forma un poquito desordenada.

-¿Lance?

-Estoy bien, estoy...

-Mareado. Es normal. -murmuró Keith. Ahora se le veía más enérgico. -¿ Quieres que te lleve al cuarto? -negó.

-No. Las ventanas no están bajadas... ayúdame a tumbarme ahí... -murmuró. Se refería al sofá.
Era raro.
Era todo raro.
Era surrealista.

-Perdona. -murmuró mientras le ayudaba a ponerse en pie.

-Déjalo... -dijo en un tono suave y algo serio. Se tumbó y cerró sus ojos. Keith se sentó de nuevo en la esquina que había vuelto suya. Comenzó a comer cerezas. Se acercó a Lance y le dió una.

-Ahora deberías comer. Créeme. -Lance suspiró.

-Gracias.