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Abrió la puerta de su casa y dejó que Keith entrara.

-Dormiré en el sofá. -sentenció.

-Si, claro... -murmuró. El cubano observó como en de piel pálida se acomodada y se le pasó una pregunta por la cabeza: ¿cuándo? ¿Cuándo se iría? ¿Era para mucho lo de quedarse con él? Por que quería vivir solo, que por algo se había mudado. -Oye... ¿cuánto dura lo tuyo? -murmuró con curiosidad, de espaldas a él.

-El qué.

-Quemarte al sol. Todo, en general.

-Ya te lo he dicho. Toda mi vida. -sentenció como si nada. Lance tragó en seco. Ni la imagen ni los gritos ni el tiempo que tendría que vivir con él se le hicieron amenos visual y auditivamente hablando.

-Y... ¿vas a quedarte aquí toda tu vida? -carraspeó. -Quiero decir... quiero vivir solo sabes. No se. No me importa un día o dos... pero...

-No. -murmuró de forma fría. -Eres tú el que no me ha dejado irme. -Lance se percató de la cruda realidad. Era él, que era gilipollas.

-Es que te ibas a quemar.

-Me voy a quemar siempre. -murmuró.

-¿Y... un paraguas? -empezó a dar ideas.

-Que no sirve para nada. La luz tamizada me irrita la piel.

-Uno negro opaco...

-El calor me sensibiliza la piel, y la temperatura sigue existiendo. Ya te lo he dicho... -Lance rodó sus ojos. Que coñazo todo, pensó.

-Bueno, déjalo... -musitó. -Te dejo quedarte unos días. Sólo unos días.

Lance terminó dejándole un vaso de agua, las cerezas y algo más de comida cerca del sofá.
Keith se arropó hasta arriba y se echó a dormir.
Lance bajó la persiana de su cuarto y se quedó frito.

La mañana del día siguiente fue amena. Amena y algo incómoda.
Keith solía sentarse en el rincón donde no llegaba la luz.

-Sube a mi cuarto. La persiana está bajada. -murmuró el cubano, negándose a vivir en la penumbra.
Podría vivir un ratito, pero no cada día.
Keith simplemente se levantó del suelo y camino hacia su cuarto.
-Avísame cuando estés arriba. Si necesitas algo pidemelo o avisa de que bajas. Voy a airear el salón.

-Vale. -el azabache simplemente continuó el trayecto de escaleras.

- Oye. -el cuerpo de Lance se dirige a las escaleras. -¿No tienes hambre?

-No.

-Vale, era por si... -el teléfono empieza a sonar. -Por si tenías. Ya hemos hablado eso y... -mientras habla trastea el móvil. Mira el emisor de la llamada. Abre sus ojos y niega. -Bueno, eso. -coge la llamada tras carraspear.
-¿Si?

-¿Lance?

-Si, ¿quien es?

-Nyma. La chica de anoche.

-¡Ah Nyma! -sabía de sobra quien era. Tenía su nombre en la llamada y no se iba a olvidar tan fácilmente de su carita. Y menos de ese nombre. -Hola.

-¿Qué tal? ¿Te pillo mal?

-No, no, que va.

-Era... para preguntarte si esta noche hacías algo. -Lance hace gesto de victoria con un brazo. Sonríe y cierra sus ojos.

-No... creo que no.

-Era para saber si querías quedar un rato por la noche o algo.

-Si, claro. Por que no. Pero, ¿no curras?

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2020 ⏰

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Nos queda la noche. //Klance Vampire!AU  [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora