-¿Que? -murmuró Keith a unos largos metros del cubano. El chico frunció suavemente su ceño.
- Que entres. No te vayas. No llegarás a tu casa. -a Keith se le clavó eso como un clavo en la piel. Frunció el ceño y se giró. -¡Oye va en serio, ven! -Lance miró a su alrededor, y cogiendo la llaves de su casa salió corriendo a por él, que no avanzó mucho más que cinco pasos. -Keith, el sol saldrá dentro de... que se yo, 7 horas. Te vas a quemar. -murmuró.
-No. -sentenció un silencio entre ambos. Aún así no apartó su mano de la ajena. Ah si, es que Lance tenía su muñeca entre sus dedos. Pasó el pulgar por el hueso de su muñeca y la soltó muy lentamente.
-Venga. Si quieres vamos a comprar cerezas. -y se dió la vuelta. Dió dos pasos y se aseguró de que el contrario le iba a seguir.
Y si, lo hizo. Muy a su pesar volvió a la casita de Lance.Entró cabizbajo. Lance cerró la puerta y la miró.
-Keith, se que querrás irte y tal, pero no se si estaré tranquilo sabiendo que vas a derretirte allí fuera. -el azabache suspiró con fuerza. Lance rascó su nuca al sentir el ambiente espeso y duro de asimilar. -¿Querías irte?
-Si. -murmuró. -No quiero pasar hambre. Y eso es algo inevitable. Y aquí...
-Puedes beber mi sangre. -negó al oir el inicio de la palabra puedes. -¿Pero por qué no?
-Porque me niego.
-Te digo que no pasa nada.
-Que no quiero. Punto. Puedo vivir sin sangre. -Keith se abrazó los brazos.
-Bueno... -Lance rascó su nuca. -¿Quieres las cerezas o no? Por que ya no quedan apenas... -murmuró. Keith bufó.
-Si. - el cubano rodó sus ojos al ver la desgana de su respuesta.
-Vuelvo en seguida... -y con la misma desgana fue a arreglarse para salir a la calle.
Cogió las llaves del coche y salió hacia el mencionado.
Keith iba detrás de él en estos últimos pasos.Arrancó y condujo hacia la tienda.
No tardaron en llegar. El silencio que había establecido era asqueroso. Tanto como el olor ese a ajo que a Keith no le salía de la cabeza. Imaginaos.
Salieron del coche, y a Keith le intimidó de nuevo la luz de aquel recinto. Seguía siendo blanca.
No había nadie en ese lugar. Sólo dos tontos comprando una bolsa de cerezas.-¿Así te vale? -le llamó el cubano. Tenía una bolsa llena hasta mitad de cerezas. El azabache asintió.
-Sí. -Lance suspiró y se dirigió a la caja. Tenía cojones, toda su vida ahorrando y ahora tenía que mantener a un chico que si le daba el sol se moría en instantes.
Fueron a la caja y a Lance se le iluminó el rostro. Tras la caja una chica de cabello dorado, ojos afinados y piel porcelana. A Lance se le hizo la boca agua, y poco tardaría en hacer teatro.Es decir, ligar.
-Hola. -murmuró con una sonrisa.
-Hola. -respondió la rubia con una sonrisa educada. Pasó la bolsa de cerezas por el escáner y tecleo algo.
-Y esto también. -sin mucha vergüenza colocó en la cinta una caja de condones. Keith le miraba alzando una ceja.
Es que no entendía nada.
La rubia se echó a reír. Lance le acompañó con una sonrisa tonta y a la vez traviesa. Hay que ser fantasma...
Se fijó en la chapa de la chica, que tenía su nombre: Nyma.-Disfruta entonces. -dijo la otra, siguendole un poco el juego.
Keith rodó sus ojos. Su esto algo rugió. Mierda.
Cogió la bolsa y salió del recinto, dejando a esos dos hablando en la caja entre risas.
Nyma vió salir al azabache con la capucha puesta. Lo primero que pensó: ha robado.-Va conmigo. -murmuró sonriendo. - No te preocupes.
-Ah, ya entiendo... -miró los condones. Lance frunció el ceño. Siguió el camino de sus ojos.
-¡No no no no! No, no va por ahí. - Se echo a reír algo avergonzado. -Es para... por si acaso. -dijo mostrando su blanca dentadura.
-Ya veo... -murmuró la rubia. -Me llamó Nyma.
-Sabía que eras preciosa, pero no que tu nombre lo era. - la rubia se echó a reír de nuevo. -Mi nombre es Lance.
Tras varios coqueteos mutuos Lance volvió al coche con los condones y el número de teléfono de la rubia.
Keith estaba comiendo dentro.-¿Por qué has tardado? -murmuró el azabache.
- Por que he conseguido planes para mañana. -dijo victorioso. Miro las cerezas de Keith. -¿Me das una? - Keith alzó sus hombros y le dió una. -Recuérdame que al llegar a casa baje todas las persianas. -murmuró el cubano antes de arrancar.
ESTÁS LEYENDO
Nos queda la noche. //Klance Vampire!AU [EN PAUSA]
FanfictionLance vive en Varadero. Quiere buscar un piso para vivir tranquilito y sólo. Todo saldría bien de no ser por qué una noche se encuentra en su jardín a un tío con melena larga y el cuello ensangrentado. Y todo sería relativamente normal de no se que...