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Pasaron los días y todo seguía igual, fue un gran alivio para Error el pensar que sus acciones no tuvieron consecuencias aunque si hubo una pequeña cosa que cambio.

Una mañana antes de salir Geno toco su puerta - ¿quieres que salgamos juntos? Te puedo acompañar al trabajo y luego seguir.

-s-si ¡me encantaría!

-bien- le sonrió- te espero abajo.

No pregunto razones, no fue necesario, solo disfruto ese momento con su hermano, después de todo solo seria una vez, pero volvió a pasar poco después y otra y otra, cada vez mas seguido hasta que finamente ya todos los días se iban juntos.

Las dudas lo atormentaban así que se lleno de valor para preguntar- ¿Por qué ya no te vas con Blard?.

El de bufanda roja se sorprendió por la pregunta pero igual no dejo de sonreír – Blard esta un poco ocupado, tiene que salir mas temprano para poder terminar todo a tiempo.

-¿no te molesta no poder acompañarlo?

-no, aun lo veo en las tardes y puedo pasar mas tiempo contigo.

-…¿ya le entregaste el regalo?.

-no he tenido la oportunidad.

-lo siento Geno…

-¿lo sientes por que?

Error se paro en seco, no podía decirlo, sentía culpa pero no, las palabras no salían de su boca, Geno empezó a reír – no te preocupes, no ha pasado nada entre nosotros así que no te sientas mal.

Siguieron caminando, cambiaron el tema pero aun así no podía dejar de pensar en lo que su hermano dijo y el verlo repentinamente tan feliz era extraño.

Se sentía mal, Ink lo regañaba por no decir la verdad, casi siempre terminaba con dolores de cabeza y aun así no cedía, ese seria un secreto que se llevaría a la tumba, si decía lo que había hecho Geno nunca se lo perdonaría.

Pero las cosas en realidad no estaban tan mal como crecería.

A Geno si le hacia falta la compañía de Blard pero eso según el no era razón para lamentarse, entendía que su amigo estaba ocupado así que estaba bien pues igual se verían en la tarde por lo que contaba las horas para poder verlo de nuevo.

Además su ausencia le resulto beneficiosa, gracias a eso pudo planear mejor todo lo que haría, tenia muchas cosas en mente, todo debía ser perfecto.

Entonces llego el día esperado, Geno fue al árbol solitario y preparo un picnic con rica comida y dulces, los cuales hizo con la ayuda de Ink,  no era la comida mas deliciosa del mundo pero sabia bien así que era un buen progreso.

Blard llego poco después, estaba sorprendido, no se esperaba que al llegar le tuvieran preparada una sorpresa tan linda.

-¿a que se debe todo esto? ¿celebramos algo especial?.

-no, solo es una forma de agradecerte por todo lo que has hecho por mi…¡y tengo un regalo! Pero eso será al final.

-el verte tan feliz ya es suficiente regalo para mi, por eso hago todo por ti.

Geno sujeto su bufanda con intención de cubrir su sonrojado rostro pero en vez de eso respiro profundamente y se acerco mas al contrario- entonces me harías mas feliz si disfrutas esto conmigo y luego vemos las estrellas.

-seria un placer.

Todo lo que Geno había preparado a Blard le pareció delicia, en su mente deseaba poder disfrutar de esa comida todos los días, seria como un hermoso sueño aunque después de todo lo que le dijeron tal vez seria difícil cumplirlo.

Tenia miedo del futuro, de lo que pasaría si un día no podía ver a Geno de nuevo, aquel que se volvió tan importante en su vida ¿y si lo que dijo Error era verdad? ¿Y si luego solo se volvía un recuerdo distante? ¿y si Geno merecía algo mejor que el? Alguien que de verdad le pudiera dar todo lo que se merece, que pudiera regalarle el cielo y las estrellas, le dolía tanto pensar en eso.

Por que todo lo que estaba pasando parecía tan irreal, digno de un cuento de hadas donde el destino los había juntado, le daba gracias a todo lo que paso para que se pudieran conocer, así fuera solo por un corto tiempo.

Lo ultimo que quedaba era el postre, unos porquecitos con mucha crema encima, Geno estaba embobado viendo como su amigo disfrutaba los dulces, estaba perdido detallando cada pequeño gesto y rasgo de el.

Blard sintió la mirada y volteo a verlo- ¿pasa algo Geno? No has dicho nada en un rato.

El mencionado dio un pequeño brinco de la sorpresa, había sido descubierto, era demasiado vergonzosa la situación- n- nada yo solo emm veía que tienes una mancha ahí.

-¿donde? ¿aquí?- fue mas rápido y le ganó en su propio juego, agarro un poco de crema y lleno la mejilla de Geno con esta.

Haciendo un puchero por su derrota también agarro crema y le mancho el rostro a Blard.

Empezaron a reír- bueno creo que ya es hora de tu regalo, pero cierra los ojos y no hagas trampas.
El obedeció y al sentir un peso en sus piernas abrió los ojos, era una cajita decorada y dentro de esta un adorable peluche de dragón rojo.

-pensé en un dragón por que haces trucos con fuego y me recordó a ti…¿te gusta?.

-¡me encanta! es perfecto, gracias- estaba tan emocionado, abrazo al peluche como si fuera un niño pequeño.

A Geno esto le parecía muy lindo,  Ink tenia razón, el darle un regalo a una persona especial  se sentía bien, tanto que era difícil de explicar.

El era su persona especial, ya no podía negarlo mas, estaba enamorado y debía decirlo.

-Blard yo ..¡yo! Tengo que decirte algo mas, creo que tu…¡que tu me gustas!- su rostro ardía, no creía lo que acababa de decir, tenia sus ojos cerrados temiendo a la respuesta.

Entonces sintió un dulce beso en su frente y escucho esas palabras mágicas que tanto deseaba- tu también me gustas Geno.

Una vida sin lujosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora