Capítulo 11: Chance.

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"El miedo se va y busco en el horizonte los sueños que dejé atrás por no saber vivir. Yo hablo de amor, por eso me digo a mí mismo, estando en situación de dolor y necesidad: los días corren, siguen, y con el tiempo no volverán. Solo hay una oportunidad para vivir. No pierdas la fuerza ni los sueños, no dejes nunca de creer en ti, que todo lo malo pasará".

Aún la extraño, esto que siento por Teresa es más fuerte de lo que yo creía. La sigo stalkeando, dedicándole publicaciones en mi Instagram, pero creo que no volverá. En cuanto a mis amigos, volvieron a hablarme, algunos pidieron disculpas por sus reacciones, otros me perdonaron de boca, pero ya nos volvimos a reunir como club, aunque la ausencia de Ignacio aún nos pese. No sabría decirles si mi depresión se fue del todo, pero si sé  que me siento mejor que ayer, a porrazos uno aprende y de este me ha costado levantarme. De alguna forma me complica ver a mis amigos felices con sus parejas y yo, a mis veintitantos años, estar lamentándome por estar solo. He jugado tanto tiempo a estar feliz, buscando en otras lo que perdí con una, por desesperado, por no aguardar los sueños, por miedo a quedar sólo y hoy pago las consecuencias de aquello.

En Noviembre Teresa me dejó y la entiendo, luego de lo que le hice a Alejandra y a tantas otras, el destino me castigaba. Diciembre fue un mes terrible de pensamientos suicidas y de  estancarse en la culpa, ésa culpa que me ahorca, todo lo que hice y lo que no me atormentaba por las noches; a fines de diciembre conocí a Angie en un encuentro de formadores para áreas sociales de juntas de vecinos, ella era igual a mí, ella era una mujer superando un quiebre, yo solo la saludé, le di mi número y, desde esa noche, comenzamos a hablar por horas y horas, yo de broma le decía que debíamos casarnos por lo iguales que éramos, pero en el fondo de mi ser sé que ella merece algo mejor que lo que le pueda ofrecer, se nota que le gusto y a mi un poco, pero a estas alturas ya no estoy para amores a larga distancia, creo que no se los mencioné, Angie es de El Quisco, pero nada me preparaba para lo que vendría.

Una noche invité a varios amigos de las juntas sociales, entre ellos estaba Angie, antes de que llegaran todos tomé una foto a mi Instagram de una escultura que la Tere me había regalado, algo muy simbólico, con una leyenda que decía "para cuando me sienta solo". No sé muy bien por qué lo hice, tal vez creí que era la última vez que podría esperar una respuesta o algo de Teresa, pero ¡qué tonto! Ahora vería a Angie ¿por qué pienso en mi ex en momentos como estos? El asunto es que los chicos y las chicas llegaron a mi casa y comenzó la fiesta, Angie aún no llegaba, cada minuto que pasaba se me hacía eterno y mi pecho se apretaba, el timbre de mi casa sonó y para mi mala suerte Angie llegó acompañada de Leopoldo, un amigo de ella, claro que yo sospechaba que algo más había allí, porque siempre andaban juntos, eso me echó a perder el carrete, anduve con desanimo todo el rato, hasta que de pronto vibró mi celular, se trataba de un mensaje de whatsapp de un número desconocido que decía lo siguiente: "¿Para qué subiste esa foto? ¿Si deseas decirme algo, puedes decírmelo en persona?"... Sonreí por dentro, sabía quien era, la Tere había visto mi foto y mi plan había dado resultado, en el acto me llamó y salí al antejardín para contestarle, me dijo lo mismo que me había escrito y yo me hice el que no entendía y le dije que no era esa mi intensión, Teresa insistió en que si quería decirle algo tenía que decírselo a la cara, le respondí que nos juntáramos en mi casa, total yo estaba de vacaciones y podríamos conversar tranquilos. El resto del carrete lo pasé muy tranquilo, Angie me miraba y hablaba conmigo, pero no me metería en lo de ella y su amigo, que sea feliz.

La noche anterior de que Tere viniera, dejé mi casa muy limpia y ordenada, mandé al cholo a la peluquería canina, yo fui al barbero, así daríamos una buena impresión, yo quería volver con Teresa, así que me la iba a jugar. A la mañana siguiente, desperté por el timbre de mi casa, eran como las 09:00 de la mañana, no podía ser la Tere, habíamos quedado de que vendría a verme a las 12:00 para almorzar, bajé las escaleras en bóxer y entre abrí la puerta, fue muy gracioso, porque era la Tere y se tapó los ojos al verme así, ella se veía hermosa, la hice pasar y me dijo que su reunión se había suspendido y que creyó que era una buena venir más temprano, le dije que se pusiera cómoda, que me bañaría y luego iría a comprar para tomar desayuno. No podía estar más feliz, no se veía molesta, por el contrario, se veía feliz de verme, por sus gestos comprendí que mis deseos de volver se cumplirían, la esperanza se volvió a apoderar de mí, porque ella era mi sol de medianoche, la había perdido, pero, por algún extraño motivo la vida me había dado una chance para que volviera a serlo.

      

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