Protectora de Brujas ...Despertar...

CAPÍTULO IV

-Alaric Saltzman-se presentó el nuevo profesor de historia escribiendo su nombre en la pizarra-siempre lo escriben mal por eso espero que lo anoten, bien sé que es repentino pero seré su nuevo maestro de historia, sé que no habían tenido esta materia desde hace unas semanas, analice los archivos de su antiguo maestro y comenzaremos en lo que se quedaron-informó viendo a todos y cada uno de los alumnos, solo prosiguió a dar la clase, era algo aburrida, Audrey realmente no quería estar en esas clases.

Odiaba recordar la historia, pero le servía para socializar y entender más el mundo, estaba fascinada como las desgracias convertían a los humanos más hipócritas. Cada tragedia, cada guerra, siempre era lo mismo, las víctimas eran unos y los enemigos otros, la destrucción era parte de su ser, y decían que los vampiros u hombres lobos eran unos monstruos.

Las horas pasaron y con ello las clases terminaron, la pelirroja solo recogió todas sus cosas saliendo del salón dirigiéndose rápidamente a su casillero, quería irse rápido y terminar su canalización con los ancestros para que así Bonnie pudiera sacar a Katherine de aquella tumba.

-Audrey, iremos a la biblioteca a estudiar, ¿quieres ir con nosotras?-le invitó la doppelgänger a lo que solo asintió siguiéndola pensativa, al entrar a la biblioteca noto que estaba vacía, eso llamó su atención más no dijo nada.

-Si es sobre el proyecto tengo en mente el tema y creo que podríamos...-no termino de hablar ya que enfrente de ella estaban Stefan y Damon Salvatore.

-Lo siento-se disculpó la castaña dejándola ahí y cuando trato de salir de la biblioteca noto que le habían encerrado bajo un hechizo de aislamiento.

Suspiro molesta volteando a ver a los dos hermanos, pero más a uno en específico.

-Vaya amistad...Stefan-hablo dolida por que se sentía traicionada por el castaño, más lo entendía, estaba desesperado por salvar a Elena...-y bien, ¿Qué quieren?-preguntó molesta cruzándose de brazos.

-Solo queremos hablar contigo Audrey-hablo Stefan algo preocupado por la actitud de la pelirroja, no quería perder su nueva amistad, pero haría cualquier cosa para proteger a la mayor de los Gilbert, quien solo pedía a gritos ser salvada de algo que no tenía nada que ver con ella.

-Si bueno, un café o una cerveza pudieron ser mejor que un hechizo-hablo tranquilamente viendo mal al pelinegro.

-Han pasado 145 años Audrey, ¿podrías al menos dejar el pasado atrás?-le pidió el pelinegro cansado de la situación entre él y la pelirroja.

-Es lo que más deseo Damon, pero simplemente no puedo olvidar-les hablo en voz alta sosteniendo su collar preocupada-cada día es más difícil olvidar, la culpa, la pena...el dolor no me dejan vivir...haber dormido todo ese tiempo me daño-les informo dejándolos algo preocupados-mi juicio está en juego maldita sea...y los únicos culpables de todo esto son dos familias que por más que quiero sacar de mi vida...siguen ahí-les culpo directamente dejándolos callados-pero aun así, hago todo lo posible por ayudarlos-explicó cansada suspirando de una manera que solo sintió como si fuera su último respiro.

-Creí que no querrías ayudarnos, ya sabes...-dijo el pelinegro con algo de sarcasmo a lo que ella negó.

-No Damon, podre odiarte a ti, pero como ya dijiste, es pasado, les ayudare en esta ocasión, pero quiero preguntarles algo...-hablo levantando una de sus manos desactivando como si nada el hechizo de la bruja Bennett abriendo las puertas y después de un largo silencio habló-¿serán capaces de resistir lo que viene?-cuestionó finalmente dándoles la espalda para salir de ahí, y al dar la vuelta en un pasillo se topó con una Bonnie Bennett a la cual le sangraba la nariz.