CAPITULO VII

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La mañana había llegado sin aviso alguno, los rayos de sol se colaban de a pocos entre las ventanas anunciando un día nuevo en la mansión de los Originales a las afueras de Mystic Falls. Un enorme cuarto caliente, inundado por el aroma a café y la leña quemarse en la chimenea de lado contrario a donde el híbrido original descansaba abrazando a una pelirroja exhausta quien no tenía ni idea de el lugar donde se encontraba.

Las calmadas respiraciones de la joven chocaban con su rostro mientras no dejaba de sonreír viendo cada movimiento, cada centímetro del rostro de la pelirroja, sus cejas, sus largas pestañas, sus mejillas pálidas y sus labios aun secos y mallugados por sus mismos dientes. Verla en ese estado junto a el solo le hacía recordar la feliz vida que lograron tener alguna vez, aquella sensación de calidez, su olor dulce y su presencia en el lugar lo estaban impacientando a tal grado que no quería levantarse nunca de aquella cama, tenerla así para siempre, solo para el...y de nadie más.

La puerta se abrió lentamente dejando ver una silueta calmada, bien vestida y un porte demasiado elegante. Elijah Mikaelson había estado detrás de aquella puerta toda la noche, escuchando las respiraciones de ambos y algunas cuantas palabras que su hermano menor le había dedicado a la protectora mientras ella descansaba.

-Deberías dejarla descansar Niklaus-le sugirió el mayor viendo la mirada tierna de su hermano viendo insistentemente a la pelirroja.

-No puedo evitarlo-confeso suspirando profundamente embobado por la belleza que se encontraba frente a él.

-Tu oportunidad fue ayer...no tientes a tu suerte hermano-le amenazo el castaño entrecerrando un poco sus ojos en un gesto ofendido por aquella confesión-además si despierta y te ve ahí puede atacarte-le aconsejo desviando la mirada tras un leve pestañeo.

-No me importa realmente...pero no quiero presionarla-cediendo a sus enormes ganas de quedarse así con ella, solo se levanto lentamente sin dejar de verla, salió de entre las sabanas y la tapo con delicadeza sonriendo como un chico adolescente enamorado.

Elijah seguía sorprendido por el comportamiento de su hermano, no lo imaginaba de esa manera tan...estúpida e irracional. Lo había visto inestable mentalmente, algunas veces (si no es que la mayor parte del tiempo) paranoico y como todo un psicópata, lo normal, pero esa versión del hibrido original lo tenía con la boca abierta, más que sorprendido.

El menor se acerco a su hermano viéndole a los ojos y le acompaño afuera de la habitación cerrando detrás de él la puerta de su habitación.

-Durara un rato más así, su cuerpo está muy débil y por lo que veo no ha tomado ni una gota de sangre en semanas-aclaro preocupado el mayor siguiendo al rubio de cerca, sin perder de vista cada movimiento que el menor hacía-podrías no ilusionarte mucho, sabemos que el Salvatore esta sobre ella y si logra recuperar a Cody te quedaras solo de nuevo-dejo en claro el mayor ya irritado por el comportamiento de su hermano a lo que este solo se río.

-Que pesimista hermano-siguió burlándose llegando al limite del mayor quien solo lo tomo del brazo parándolo en seco.

-Soy realista...-hablo molesto tensando su mandíbula-ella esta en todo su derecho de seguir su vida, simplemente dejémosla ir-propuso haciendo más fuerte el agarre a su hermano.

-No Elijah, ella es mi ancla a la vida, gracias a ella he aprendido muchas cosas y me he dado cuenta de muchas cosas que yo no consideraba por pensar solo en la venganza y el poder-le contesto decidido soltándose de un rápido movimiento del agarre del castaño-tu problema hermano es, que estas tan arrepentido de lo que sea que le hayas hecho que sientes no merecer su amor...y déjame decirte hermano que eso nunca te dejara avanzar-dijo dándole la espalda a su hermano para irse de ahí a lo que el mayor suspiro metiendo sus manos en las bolsas de su saco y hablo dejando a su hermano estático a mitad del pasillo.

Protectora de Brujas ...Despertar...Where stories live. Discover now