CAPÍTULO V

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-Actualidad-

Damon despertó de un brinco notando que había oscurecido, volteó a todos lados sin encontrar a la pelirroja, dando por hecho que estaba dormida o solo había salido.

Vio el mapa que aún estaba en la alfombra con una nota sobre él, tenía coordenadas escritas junto con cada hierba, a lo que solo sonrío. Estaba sorprendido por la capacidad de la pelirroja, pero aun así, se sentía mal, ella hacía todo eso por él y aun así no dejaba sus malditos sentimientos enfermizos por Elena Gilbert.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un pequeño movimiento en el apartamento, un pequeño temblor fue lo que lo obligó a pararse escuchando a lo lejos susurros, más que eso eran quejas, camino lentamente por el pasillo que lo llevaba a la recámara de la pelirroja, el camino se le hacía cada vez más largo y cuando escucho un grito, sintió la puerta en sus narices entrando sin darle la mínima importancia.

En la habitación el collar de la pelirroja brillaba iluminando todo en el interior de aquel lugar, al ver a todos lados pudo darse cuenta de que varios objetos levitaban y de entre todos uno llamó por completo su atención.

El anillo, pensó tomándolo con sus largos dedos, solo sonrió de medio lado viendo la piedra ilusionado, feliz, pero al recordar la situación de la pelirroja solo se acercó a ella moviéndola bruscamente para poder despertarla, nada funcionaba, pero aun así la seguía moviendo llamándola para así despertarla pero no lo lograba.

-Damon...-susurro la pelirroja temblorosa, sudaba frió, y su collar no dejaba de vibrar, solo se metió entre las sábanas abrazándola pegándola a su pecho protectoramente.

-Estoy aquí...estoy bien...por favor despierta-le pidió entre pequeños besos y caricias sintiendo cómo poco a poco la magia que la pelirroja despedía comenzaba a controlarse dejando caer todo lo que levitaba, los cuadros, libros e incluso algunos brebajes que tenía en aquella habitación se estrellaron contra el suelo de una manera violenta, haciendo que el pelinegro la abrazara más a él para protegerla de cualquier cosa que pudiese caerle encima.

El silencio reino en la habitación, Damon no entendía nada de lo que pasaba, pero solo quería proteger a la protectora de todo, sonaba estúpido, proteger a una chica que se encarga de proteger. Su mente comenzó a divagar en la posibilidad de simplemente dejar a Elena de lado dándole a Audrey el lugar que por derecho era suyo, alzó el anillo viéndolo, sonrió enternecido y después de pensarlo bien, solo posiciono el anillo en los delgados dedos de la pelirroja, quedándose dormido al instante.

[...]

Al amanecer, Audrey solo suspiro intentando estirarse un poco, al darse cuenta que algo, o más bien alguien, le impedía moverse, volteo rápidamente topándose con el rostro adormilado de Damon Salvatore, quien dormía plácidamente abrazándola. Su rostro no mostraba otra cosa más que miedo, su corazón pálpito de una manera tan violenta que lo escuchaba, trago grueso sintiendo como sus manos comenzaban a sudar, como sus suspiros desesperados por huir de ahí le hacían sentir nada más que náuseas, quería irse, quería levantarse con brusquedad, correrlo de su casa, pero...cuando abrió sus azules ojos todos aquellos pensamientos fueron borrados rápidamente.

El mar y el cielo chocaron en unas miradas de sorpresa, la impaciencia y la vergüenza, no decían nada solo se observaban tranquilos, no necesitaban palabras, las emociones, las sensaciones que sus cuerpos les producían al estar el uno con el otro era suficiente para ellos dos.

El contacto visual terminó cuando el celular del mayor había sonado sacándolos de sus pensamientos, la pelirroja se levantó rápidamente tomando una larga bata de la cabecera de fierro de su cama, poniéndosela.

Protectora de Brujas ...Despertar...Where stories live. Discover now