Siento aquella opresión en el pecho que no sé cómo manejarla, no se trata de un simple malestar... sino como un dolor profundo y agudo.
Me desconozco para tales actos, me reprocho a menudo por tantos errores comedidos que lo único que me queda es pensar es en intentar solucionarlos. No sé dónde está mi límite, pero lo siento tan cercano que creo que es más doloroso. No quiero ayuda, sé que no la necesito, lo puedo arreglar. Solo es una caída más.
Solo una noche más de dolor, solo eso, luego se ira para volver a la normalidad.
Estoy segura.