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Veía las noticias desconcertantes de cada mañana, siendo un habito autodestructivo. Cuando dejaban de transmitir las notas policíacas, cambio el canal a uno que pase esas mismas notas, quiero ver que tan podridos estamos como seres humanos. Con pocos ánimos tomo mi mochila y llego a la escuela, siendo lo mismo con la diferencia de uno que otro detalle.

El mismo desastre con los compañeros, mismos profesores donde los pocos que realmente hacen su trabajo no son apreciados, siendo tomados como la burla del colegio. No hay mucho por esperar de un ambiente así, tampoco el volver a casa ayuda mucho, siendo espectadora de un hogar llenándose de rencor por sus progenitores, ¿la huida es opción? No lo sé, ni siquiera había cumplido la estúpida cifra de 15 primaveras, el hecho de tener una vida escolar pésima y vida hogareña del mismo ambiente no pintan buenas noticias para nadie.

Mucho menos cuando te encargas de ser una débil, donde encontrar refugio en los brazos ájenos nunca seria una opción. Toda relación de amistad y/o un intento de romance adolescente se queda en eso, siendo peor, cuando lo primero era sanar y buscar soluciones.

¿Quién pensaría así cuando el mundo se cae en todo sentido? Todo es un asco, sin mencionar que el dolor de tus verdaderos camaradas esta en la misma sintonía de tú dolor, de tantas personas y solo las pocas que estábamos en ese cuarto, lo sabíamos, solo hacía falta un desliz y la primera en caer fui yo. Los demás siguieron ese transcurso, de cinco personas esa tarde llenos de alcohol y algunos de droga podíamos sentir que era el fin; sin familia, con hipócritas en sus respectivas aulas, con frases de ser una fase, el ver como todo se consume dentro y fuera de tus alrededores, sin mencionar esa económica decadente de procesos legales... joder... estábamos tan mal. Cargar esos pesos y peores sin mencionar. Cada uno pensó en la manera de irse esa tarde, recuerdo que éramos cinco personas, éramos.

Sabemos que no era una opción viable, pero teníamos oportunidad y el hecho de dejar de ser unas máquinas traga dinero como nos solían llamar llegaría a su fin.

Un par de ellos eligieron soluciones abriendo sus muñecas, mientras que los otros eligieron una cuerda y una sobredosis de lo que sea que estaban consumiendo, por mi parte, lo último que quería era sentir; la combinación de fármacos y alcohol seria algo poético, cuando poco a poco las consumes, extrañas la sensación de coherencia piensas cada vez más lento y el habla se te dificulta de una manera en la que ni si quiera tu entiendes que dices. El hecho de tomar este camino son muchos nombres los que recibes, lo cual tampoco me siento mal si en ese momento tanto esas personas como yo lo intentamos...

Detesto cuando la historia empieza a tener borrones y agujeros, pero es como recuerdo lo sucedido; se supone que teníamos al menos tres horas con ese lugar solo para poder hacer las cosas. Tres horas en las cuales no sabemos cuanto tiempo transcurrió, solo sabemos que cada vez era inevitable.

Pero jamás olvidas los sonidos; por mas exagerado que suena, la música que habíamos puesto de fondo era mas irónica, la fe tampoco nos había salvado, habíamos tocado fondo ¿realmente era el final? Pensé que sí.

Ver a dos de ellos convulsionando, mientras que la sangre de los demás estaba sobre todos lados, es morir en vida esos momentos, darte cuenta que no había nada que pudieras hacer para evitar el dolor, pero tampoco puedes elegir por los demás, solo te vuelves espectadora del deceso mientras tu misma caes en eso, donde no hay nada mas que frio y oscuridad. La tranquilidad que esperas... hasta que el dolor de tus pulmones te regresa al gélido mundo.

Ni siquiera para eso serví... cuando despiertas es lo único en lo que piensas, el odio de todos los que conoces esta ahí.

El hecho de saber que ese egoísmo en conjunto pudo mas que el hecho de querer salir a flote deja mucho por decir, mucho mas cuando se trata de levantarte e ir al funeral de uno de ellos.

Quizás si no nos hubiera encontrado, nadie estaría pasando por eso, puede que solo hubieran hecho una sola ceremonia, nos enterrarían o nos quemarían y listo, sus problemas resueltos, pero en lugar de eso, estábamos cuatro de nosotros mirando el cajón, envidiando ese lugar, sintiendo todo el odio.

Siempre esta en mi cabeza ¿si hubiera...? Tampoco culpo a ese pobre chico que nos halló, solo quería que estuviéramos bien, el pánico te mueve y mas cuando te domina, por obvias razones, nadie aceptara que tienes un problema, mucho menos que tomaras esa decisión.

"La culpa la tiene.." un sinfín de cosas que jamás tendrán conexión, ahora siento un recuerdo fugaz escrito en plena madrugada, solo me hace pensar en el temor de volver a tocar fondo por razones que no tienen pies ni cabeza, pero ese miedo se queda encerrado en estas palabras que en algún momento quise decir, o mejor dicho quisimos. Las personas no se salvan con fe, con un momento de atención o peor aún, con palabras de aliento que sientes como una burla, es aceptar que tenias un problema el cual estabas solo.

Esto jamás será algo viable, es una solución permanente a un problema pasajero.

FUCK OFFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora