Tuvimos que crecer antes para poder enfrentarlo. Y con eso no me refiero a una estatura, que sin bien unos centímetros nunca son de más, no es lo que esperaba de la vida. Por mi intento anterior de suicidio, no paso mucho tiempo para que volviera a intentarlo, solo a un par de semanas antes de octubre, 2013...
Mi propia existencia me costaba si quiera asimilarlo. Durante ese lapso de tiempo tan disperso del cual casi no llego a contar, debido a que solo recuerdo hechos y no en cuando paso como tal. Siendo hija de padres divorciados, con una madre inteligente pero tan ciega por "amor" de un padre con problemas de ira, manifestando violencia en el hogar, hermana mayor de dos maravillosos niños, hermano y hermana donde sus características los hacen tan distintos a mí por gran fortuna. Con una vida colmada de problemas financieros, escolares y sociales... sin mencionar ver el como el aislamiento familiar impedía todo tipo de ayuda... éramos solo 5 individuos que debían soportar incluso mas que eso, y yo, como vil cobarde que no estaba dispuesta a afrontarlo en ese momento. El tener que pensar fríamente, convertirse en alguien para proteger, cuando al más mínimo toque me rompía.
Con este intento descubrí que el dolor te ciega más de lo que esperas, donde buscas la oportunidad mas pequeña para salir de todo.
Un edificio escolar alto. Una mezcla de medicamentos donde no sabias ni para que servían con los nombres tan largos pero sobre todo es más decepcionante que solamente servían para el dolor muscular y de jaqueca, nada mortal. Intentar morir de inanición, lo cual tampoco funciono mucho cuando estaba bajo constante vigilancia.
Pero al referirme con "vigilancia" simplemente era un acto de lastima y evitar gastos, los funerales son caros... bastante, yo solamente pedía un lugar lejos, no me importaba si eso significaba solo ser arrojada al lado de una carretera. Si... a ciertos extremos mi cabeza empezaba a delirar, el hecho de ser tan vulnerable te hace propensa a más de una adicción.
Llene mis pulmones de tabaco hasta que no podía respirar más, donde incluso caminar largas calles me hacían detenerme para recuperar el aliento, y justo cuando volví a tener esa "oportunidad" de estar sola, no quise perderla. Recuerdo lo fácil que fue atarme una estúpida corbata porque no halle una cuerda mas fuerte (lo cual agradezco) era simple, sabia que iba a doler desde el impacto, el quiebre y los minutos que permaneciera inerte buscando aire desesperada. Pero esa llamada interrumpió mis planes dentro de mi alma sentía estar en un pozo donde cada vez que respiraba quemaba mi ser. Sus palabras eran sabias a través del otro lado de la línea "No lo hagas" pero aun así lo intente, me lance al vacío con determinación dejando la llamada abierta.
No hubo crujido, sino mas bien un nudo mal hecho del extremo del techo, caí pero no rompí nada más que mi dignidad (si es que aun quedaba algo), el llanto se apodero de mí. El hecho de escuchar gritos del celular, tener dolor en todo el cuerpo y volver a ser hallada, solo puedes sentirte peor... ¿realmente la vida da lecciones? Si. Si duda.
Lo que siempre recalcare de todo esto es: Esto jamás será algo viable, es una solución permanente a un problema pasajero.
Por más que repita esto, sé que eso no sirve a quienes pasen este tipo de momentos abismales, lo verán como palabras inútiles de aliento. Como todos en algún momento lo hemos visto en esas noches más oscuras.
Lo que siempre deseare es ser una mejor hija, hermana y amiga. En todo sentido, aprendes cuando caes, aunque pienso que a veces no era necesario llegar aun extremo para pensar como lo hago ahora. ¿o quizás sí?