5.

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—¿Acaso te estás volviendo loca?

—No del todo.

—No puedes estar irrumpiendo en propiedad privada, puedes terminar en la cárcel.

Lara rodó los ojos por quinta vez ante los reclamos de su mejor amiga.

—Además, ¿qué ganas con todo esto? —pregunta Jamie.

—A Axl.

—Esto se está saliendo de control. ¿Y crees qué Axl te corresponderá?

—Tiene quien hacerlo, además lo quiero a él y obtener todos los beneficios que conllevarían ser suya.

Jamie alzo una ceja, pensaba que Lara estaba algo fuera de la realidad.

—A ver, ¿qué beneficios?

—Ser suya completamente, no sólo de forma emocional, quiero ser su musa, quiero que me escriba mil rimas a mi nombre, ser reconocida como su amante, pero no cualquier amante, ser aquella que lo marque para bien o para mal.

—Estas mal —murmuró preocupada Jamie.

—Creerás que estoy loca...

—Si.

—Sólo soy obstinada con lo quiero y tu que me conoces bien sabes que no me rindo tan fácil hasta lograr mi cometido.

—Entonces, ¿cómo harás para convertirse en su "musa"? —da más énfasis en esa palabra porque a sinceridad toda la idea le parece muy poco factible.

Lara río —Ya debo serlo, él me escribirá una canción.

°

Lara mantenía altas expectativas de que Axl lo haría.

No había concertado con él los detalles de la misma, es decir, como haría ella para escucharla o si estaría en el próximo álbum.

Esto le preocupaba un poco.

Más sin embargo, se encargó de supervisar que lo estuviera haciendo. Lara no era estúpida, sabía que si se acercaba demasiado a la residencia de Axl, se encenderían las alarmas y Axl podría hasta llamar a la policía.

Así que todas las tardes se escondía en un arbusto frente al condominio, observaba cuando Axl salia y entraba, en ocasiones apurado y enojado, en otras iba a acompañado de una castaña que supuso que era la susodicha novia de la que presume, habían veces que los veía contentos y riéndose, en otras peleando y discutiendo incluso en la entrada.

Yo podría hacerte feliz, Axl. Pensaba.k

Los días pasaban y comenzó a sopesar que quizás no está en la mejor disposición de hacer la reverenda canción.

Decidió entonces recordárselo.

Había pagado a una niña pequeña que vivía en el edificio de Axl para que a diario depositara pequeños trozos de papeles todos los días, con mensajes  diferentes. Dichos mensajes iban aumentando de agresividad a medida que Axl ignoraba sus pedidos que a la vez se convirtieron en advertencias.

Axl no las tomo en serio. Simplemente las deshechaba y las escondía de su novia.

Lara si las consideraba en serio.

Se encolerizaba cada día más al no ver ni canción para ella ni siquiera una excusa.

La última carta sí que era una advertencia seria.

Te había dicho que no te tomarás esto como un maldito chiste, traté por las buenas pero ya veo que contigo no funciona, me estás haciendo sacar un lado que tal vez no es bueno que conozcas.

Lara.

°

Aun así, Axl continuó ignorándola, pensó que tal vez manteniendo el perímetro seguro para él, ella no vendría por él y al final se aburriría.

Era eso o llamar a la policía.

Tampoco quería llegar a ese extremo.

Pero la verdad es que todo esto era muy cansino. Los pocos días de vacaciones que tuvo se la paso componiendo con Slash el guitarrista principal por el teléfono, duraban hasta las tantas madrugadas en ello.

Su novia se había ido a New York por un trabajo para una campaña publicitaria como modelo.

Sus compañeros de banda le habían invitado a una ronda de tragos para poder relajarse un poco y dejar el estrés del nuevo álbum a un lado.

Se había pasado un poco de copas, no tanto para perder la razón pero si para marearse un poco. Llego ligeramente tambaleándose a la puerta de su departamento, todo estaba a oscuras pero por alguna extraña razón sintió una presencia en la casa.

No podía ser su novia, no llegaría dentro de unas semanas.

Encendió las luces y era mucho mejor mantenerlas apagadas para no tener que encontrarse con tal desgraciada sorpresa.

ᵢ wₐₙₙₐ bₑ yₒᵤᵣₛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora