Whatsapps De Los Santos De Escorpio y Acuario [Hiatus]

Cumpleaños De Milo [Parte 1]

Muy pronto llegaría su cumpleaños estaba tan feliz, el día de mañana se volvería aún más viejo, se sentía un poco mal por eso, pero recordó que aún estaba joven y aún era guapo como para enamorar a cualquiera con su mirada y su típica sonrisa seductora. Sería un día muy especial para él, sólo pensaba en estar con su cubito, abrazarlo y que este le diera el mejor regalo del mundo que para él era estar a su lado ese día, y tal vez, solo tal vez el resto de por vida. Estaba por fuera de su templo observando las estrellas brillar, miraba como un niño curioso, sus hermosos ojos se reflejaba la paz que este tenía, esos hermosos zafiros miraban detenidamente las constelaciones, hasta que se encontró con la suya, sonrió inconscientemente, le encantaba mirar las estrellas en las noches donde la luna llena reflejaba todo el santuario con su majestuoso brillo. Con curiosidad busco cierta constelación que le encantaba mirar siempre que podía, para su maravillosa sorpresa estaba al lado de su constelación, la constelación de Acuario, le recordaba a su cubito, su hermosa sonrisa se marchito al recordar de que ellos nunca terminarían juntos. El francés siempre era malo con él, lo ignoraba y lo hacía caer mal ante la gente, siempre lo insultaba y le decía cosas hirientes, y Milo, como siempre, sonreía para él, sin importar lo que decía o le hacía. Para otras personas era estúpido lo que el heleno no decía o le hacía al galo, no decía nada, se quedaba callado cada vez que el galo lo trataba mal, sonreía aún que lo ignoraba, lo seguía como un perrito, le rogaba por qué le perdonará, pero Camus nunca hizo las cosas que Milo hacía por él, pero los dioses sabían algo muy sabio que el galo pagaría con toda su alma y corazón, " nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, por eso hay que cuidarlo " y los dioses sabían muy bien que él lo pagaría, y muy caro.

No muy lejos de ahí, un guardia de un templo del santuario, estaba mirando las estrellas más que todo, a esa cierta personita que le aterra ver, lo miraba con detenimiento, aún que estuviera un poco lejos de él, bueno, solo su espalda y esos cabellos morados del heleno, al mirar nuevamente el cielo miro que su constelación estaba muy cerca de la constelación de Escorpio, le pareció raro, más no le tomo mucha importancia como de costumbre. El cielo estaba despejado, un montón de luces brillantes se veían al compás de la luna, se veía hermoso, era como una obra de arte esa noche fría, pero calidad a la vez. Por su mente paso que mañana sería ocho de noviembre, ese día se le hacía familiar, sentía que ese día era algo especial, más no recordaba, hasta que volvió a mirar al heleno y recordó que era el cumpleaños del bicho, suspiro pesado, como es que se le había olvidado ese día tan especial para Milo, y encima no le tenía ningún regalo o sorpresa que darle. Normalmente sabía que el heleno cada año que cumplía el galo siempre le preparaba cosas y estaba con el todo el día, meses atrás en su cumpleaños tremenda sorpresa le dio, le regaló una biblioteca entera con muchos libros traídos del extranjero, una torta grande con la forma de la constelación de Acuario, y lo mejor fue que su casa estaba llena de decoraciones bonitas, aún que Milo sabía que Camus no era de fiestas se esforzó mucho por hacerle algo al galo, Camus le agradeció mucho, no se esperaba tan grande sorpresa, y especialmente de la persona que trataba tan pésimo, aún no podía creerse que Milo aún estuviera a su lado, después de todo Camus sabía que él le hacia la vida imposible al bicho, se sintió un poco mal por él, más lo disimulo, volvió a mirar al heleno por última vez y se fue a dormir, vaya sería un día muy duro, bueno, solo para él.

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Había amanecido, el sol poco a poco salía, un Escorpión dormía tranquilamente de la trasnochada que se metió, hasta que empezó a escuchar música que poco a poco lo fue sacando del sueño, estaba enojado, ¿quién carajos ponía música a las 7 de la mañana?, deberían estar locos. Tenía una rabia, se levantó con pesadez aún somnoliento, sus cabellos estaba muy alborotados y despelucados, medio se vio en el espejo de cuerpo entero que tenía un poco al lado de su cama y como que tenía muchas ojeras, se veía lo cansado que estaba, se paró de su cama para estirarse y después ponerse unas pantuflas, salió de su habitación, escuchaba muy cerca la música, fue lentamente, aún estaba cansado, llegó a la sala, aún somnoliento y paso lo que paso.