Cumpleaños De Camus [Parte 2]

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Habían llegado al circo que se había instalado en el pueblo. Camus quedo impresionado nunca había entrado a uno, Kanon estaba feliz, tal vez no allá ido a uno con sus compadres, pero no fue solo, eso lo tranquilizaba un poco. Se adentro con Camus en los puestos que había por fuera de la gran carpa roja que se decía que era el sirco, el geminiano menor había invitado al menor aun algodón de azúcar, aun que este había rechazado, la insistencia del mayor en que probara uno lo fastidio demasiado aceptando la invitación, cuando lo probo quedo sorprendido, nunca había probado uno de esos, Kanon sonrió victorioso, de tanto insistirle le había encantado a fin de cuentas.

— ¿Verdad que sabe rico? —Pregunto burlón.

—Sabe rico, pero está muy dulce —dijo con un poco de emoción.

—Bueno, es porque le echan mucha azúcar o panela —contesto.

—Oh, ya veo —siguió saboreando ese rico algodón de azúcar.

— ¿Sabes que hay cosas más ricas que esa? —el galo lo miro—. Si quieres podemos ir por los puestos probando lo que más te llame la atención mientras empieza el circo —el galo afirmo con una pequeña sonrisa, Kanon se sorprendió, jamás lo había visto sonreír a no ser que estuviera con Milo a solas.

Habían pasado puesto a puesto, de verdad al menor se le había antojado de todo y arrastraba al pobre Kanon a cada puesto que se encontrarán, más le agradaba, el galo podía ser una persona diferente si le tomabas confianza, así que no se preocupaba para nada tener que ir a cada puesto, además que era su trabajo distraerlo.

Minutos después había empezado el sirco, bueno Camus se llevó casi arrastrado a Kanon diez minutos antes de que empezara por que el galo insistía que llegarían tarde, de verdad sí que era demasiado puntual en ese aspecto. Consiguieron asientos en tercera fila para ver mejor, aunque el galo quería en primera, pero Kanon le dijo que entre más alto mejor podían ver la función.

Todas las luces se apagaron algunos niños que estaban ahí se asustaron o dieron pequeños gritos, Camus solo se tranquilizó y espero a ver que sucedía. Se prendió una pequeña luz que poco a poco crecía, vio al presentador que dijo unas palabras y empezó el espectáculo.

Camus miraba asombrado todo lo que hacían los artistas del sirco, los payasos, bailarinas, los acróbatas, etc. Estaba sorprendido, Kanon había comprado unas palomitas para los dos mientras veían el espectáculo, el menor prestaba demasiada atención mientras que el mayor mirada de reojo al galo, sonrió al ver que si lo había distraído del todo.


[~❄~]

Mientras en el santuario, todos estaba de allí para allá colocando adornos o cualquier cosa para la sorpresa de Camus. Afrodita se estaba haciendo cargo de eso, todos recibían órdenes del sueco, Milo también estaba colaborando en ayudarlos, ya que no podían ellos solos, estaba bastante emocionado, hasta ahora todo había salido bien. Solo esperaba que nada se arruinara, quería que todo saliera perfecto al pie de la letra, raro muy raro de él.

—Maskys, apresura con esas bombas, necesitamos que todo esto quede perfecto —regaño.

—No me presiones Afrodita, no vez que si lo hago rápido me caigo de la escalera —replico.

—Pues no seas lento y apresúrate, no tenemos todo el día.

Milo río un poco, la verdad le agradaba la presentía de todos sus compañeros ahí presentes ayudándolo.

— ¿Cómo van los preparativos? —pregunto.

—Bien, solo nos falta un par de cosas más y terminamos —dijo sonriendo él sueco.

—Bien, eso suena estupendo, supongo que si terminamos rápido podemos decirle a Kanon que se venga con el —sonrió.

—Si, más vete a organizar querido, el tiempo vale oro —hablo tranquilo el peliceleste.

—Siii, muchas gracias afrodita por colaborarme con todo esto.

—No es para tanto solo vete de una vez a organizarte.

—Está bien, muchas gracias —Agradeció.

Con eso se fue corriendo hasta su templo, quería estar bien presente ante Camus, solo faltaba confiar en sus amigos en terminar de organizar algunos detalles.

Hoy sería un gran día, y juraría que su cubito lo disfrutaría como nunca.

Se metió a la ducha a darse un baño de belleza, hoy se pondría lo más sexi e irresistible solo para su cubito, tal vez también le daría de regalo una noche de pasión, si tan solo el francés se dejará, más de seguro de tanto insistirle aceptaría.

Cuando salió se fue dirección a su armario, buscaría entre tanta ropa que se pondría, ya que tenía demasiada ropa en su armario por Afrodita que lo hizo comprar toda la tienda solo para ese día, de verdad había exagerado, compro demasiado solo por un día, había demasiada ropa para él, ni era de eso chicos fresas y complicados, pero le llamaba la atención tantos conjuntos que se sentía como Afrodita escogiendo entre tanta ropa que ponerse, tampoco quería ser como el, y menos un divo de divas. Se asustó un poco y miro con atención, hoy no era un día cualquiera como dijo Dita en la tienda de ropa, por eso habían comprado la tienda entera, así que miro con cuidado que le quedaría mejor, pero era demasiado para el que era un hombre descomplicado, necesitaría ayuda de sus compañeros.

Suspiro y no le quedó de otra que subir hasta el templo principal, necesitaba ayuda, y quién más que contar con ellos, sabía que algún día se los pagaría.

Subió literalmente corriendo templos arriba, freno en acuario observando aquel templo tan frío que hacía conjunto con su francés, sonrió, de verdad lo ama, lástima que el contrario no sentía lo mismo que él, mas no se rendiría nunca, sabía que Camus estaría con el tarde o temprano, nunca dejaría de luchar por ganar su corazón y entrar en ese frío corazón de hielo y derretirlo de amor. Solo esperaría un poco más, solo un poco y tal vez solo tal vez...

Solo se conformaría en esperar aún que sea minutos, horas, meses o hasta años con tal de esperarlo y estar junto con él.


Parte 2/4.

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