Piérdete

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Subía los templos algo despacio, sin desesperos, no quería parecer afanado, además se notaba lo cansado que estaba del viaje de vuelta a casa, sus piernas le dolían un poco, después de todo camino mucho para llegar al santuario rápidamente para dar su reporte ante el patriarca. Paso por la casa de libra encontrándose al mismo maestro Dohko meditando, no quiso interrumpirlo y siguió su camino hasta la casa de escorpio. Una vez en la entrada los ánimos de seguir se le fueron y unas ganas de devolverse le entro como idea, dio media vuelta suspirando cansado, cuando iba a dar sus primeros pasos para salir se escuchó su nombre en todo el pasillo del templo, en ese momento quedo estático dando la espalda al quien lo llamaba en esos momentos.

—Así que piensas huir —se escuchó esa voz en todo el pasillo—. Eres un cobarde —dijo.

El francés dio media vuelta mirando desanimadamente al heleno, este estaba cruzado de brazos observando con seriedad al galo.

—No soy un cobarde ni nada de lo que piensas Milo, solo no me da ánimos de ir a mi templo.

— ¿Camus de acuario diciendo eso?, ¡Ja! acaso estoy soñando —rio por lo bajo.

—Milo no estoy para tus juegos —hablo.

El heleno sonrió con arrogancia y miro a Camus de una manera indiferente.

—No me digas, no querías verme porque sabes que podría tirarte mierdas a la cara, después de todo aun no te he perdonado.

Camus no iba a hablar o no, no iba a caer en los juegos de Milo, el sabia también como ponerlo en su lugar y ahora que lo pensaba si se ponía a discutir con el ambos podrían salir heridos después de las palabras que podrían decirse por la rabia y enojo que pudieran tener.

— ¿Así que fácilmente te quedaras en silencio? —interrogo, Camus lo miró fijamente sin hacer gesto alguno—. Vaya vaya así que después de la misión ya no te dignas arreglar las cosas conmigo.

—Milo lo haría, pero en estos momentos te estas poniendo muy intenso.

— ¿Muy intenso?, yo no soy el que pasa todo el tiempo diciéndole a la otra persona la peor mierda que es, sacándoselo en la cara, rechazándolo siempre, ¡¡Como si te divirtiera destrozar mis sentimientos!! —grito.

—Milo por favor no grites —pido.

—Pues no lo hare, hoy y ahora Camus te hare saber cómo me siento con tus malditos tratos, te encanta jugar conmigo ¿verdad?, si te encanta tanto porque no terminas de matarme de una maldita vez. No sabes lo mucho que sufro por ti. Te odio, te odio, ¡¡te odio!!

Camus le hirió el saber eso y prefirió guardarse sus sentimientos que ahora mismo querían ser expresados, pero no quería, después de todo ahora mismo él estaba siendo herido por la persona que posiblemente a amado siempre.

—Yo....

—Tu nada Camus, perdiste conmigo, te di miles de oportunidades, las desaprovechaste para tu lastima. ¡Vete a la mierda! —dijo firme.

El galo se sorprendió un poco mas no dejo ver ese lado, ahora no tenía nada que hacer ahí, mejor se iría a su templo a descansar y después dar su reporte. Por un lado, Milo esperaba más de Camus, esperaba una señal o algo.

—Milo...

—Piérdete —dijo frio.

Camus apretó sus puños con fuerza y empezó a caminar hasta donde el heleno y se detuvo a la par de su hombro.

—Como quieras... —susurro, indiferente, como si lo anterior dicho por el heleno no fueron más que palabras para él.

Camus empezó a dar marcha y un aura fría se sentía alrededor de él. Milo quedo sin palabras y bajo solo su mirada mientras el francés se marchaba sin mirar hacia atrás, una vez sin sentir su presencia Milo golpeo fuertemente la pared de su templo, en ese golpe metió todas sus frustraciones y pequeñas lagrimas traicionaban sus ojos. Por un momento vio en los ojos de Camus arrepentirse y sentirse herido por sus palabras, pero al parecer esta vez prefirió guardarse sus sentimientos para sí mismo y sufrir con ellos. Dejando a Milo devastando, se fue sin mirar atrás, ese era el caballero de acuario, conocido como el más frio de la orden dorada. 

Whatsapps De Los Santos De Escorpio y AcuarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora