Rin no podía creer lo que le estaba sucediendo en ese momento, su gran amor, su amo Sesshomaru estaba besándola, al inicio ella se sentía muy tímida pues nunca habia besado a nadie, ademas que pensaba que todo esto era un sueño así que intento aprovechar todo el momento que pudo.
Ella se sentía como si tocara el cielo, sus labios y los del Daiyoukai estaban tan unidos, y este empezaba a querer recorrer la boca de Rin con su lengua, ella le correspondió, también queria probar a su amo, sintió sus colmillos pero no le hacían mucho daño, sintió como él empezó a cogerla de la cintura para pegarla más a él, ella de tantos besos apasionados que estaban dándose no podía ni respirar bien, se había olvidado de como hacerlo, tenía toda su alma y mente concentrada en el ser que más amaba. Tímidamente lo cogió del cuello para ponerlo aún más cerca a su cuerpo, el Daiyoukai se sintió muy complacido de ver como su protegida dejaba la timidez y lo correspondía con igual deseo. Ambos sentían que sus cuerpos ya no podían más con tanto placer, a pesar de solo haber sido besos los que compartían... por el momento.
De pronto Rin dijo en voz baja, pegada a los oídos del Daiyoukai.
---Mi señor, lo amo---
Sesshomaru no pudo más, ella lo había llamado "Mi señor", palabras que eran reservadas solo para su compañera, sintió algo en el cuerpo, algo muy extraño, un sentimiento "humano" que jamas habia experimentado y no sabía lo que era, quizás era lo más parecido a la felicidad.
Esto sorprendió mucho al Daiyoukai, no podía creer que un ser, una humana, lo había hecho sentir tal cosa, como podía volver a ser un ser tan frío después de eso, se había dejado llevar por su interior, había olvidado todo lo que tenia planeado, todo su orgullo se desvaneció, él la quería, no, no solo la quería, él la amaba, si es que aun no sabia lo que significaba amar, estaba seguro que eso es lo que sentía, lo que su padre había sentido por aquella princesa humana, la madre de su hermano híbrido, pudo comprender todo lo que sucedió en ese momento, cuando su padre había fallecido, había sacrificado su vida por la persona que amaba, y él estaba seguro de que haria lo mismo si algo le pasaba a Rin, y se dio cuenta de que eso había estado haciendo desde que trajo a aquella niña de la muerte por primera vez, e incluso cuando fue al mismo inframundo a traerla de vuelta, y la tristeza, que también había experimentado por primera vez, cuando su alma quedó atrapada ahi, despues de eso no había querido que nada más le sucediera, y es por eso que la había dejado con los humanos, pero ahora, no sería capaz de dejarla ir, tenía que tomar muchas decisiones, pues esto iba a traer enormes consecuencias, pero de algo estaba muy seguro...Nunca la dejaría ir.
Todos esos pensamientos había tenido el Daiyoukai mientras seguía besando a su amada Rin, esperaba que la noche no acabara nunca, Rin estaba aun media dormida, aunque esos apasionados besos la había despertado mucho mas.
Cuando por fin se separaron, en parte de cansancio, y por otra parte porque ambos necesitaban respirar, Sesshomaru dijo algo que nunca en su larga existencia había podido imaginar que diría:
---Rin, no te vayas nunca---
Su padre alguna vez le había preguntado si esque tenia algo que proteger, Sesshomaru nunca entendió esa pregunta, y mucho menos tuvo una respuesta, pero todo cambió repentinamente.
Por fin el Lord de las tierras del Oeste tenía algo que proteger, tenia algo por lo que quería seguir viviendo, tenía algo que quería por toda la eternidad. La quería a ella por todo lo que le restara de vida.
Sesshomaru se recostó en la cama de Rin, ella se acomodo a su lado y no dijeron palabras por un buen rato, su sola presencia bastaba y sobraba para ambos, no había otra cosa que decir después de tantos besos, él no podía dejar ver la hermosa vista que tenía de su protegida, lucia muy radiante, nunca la habia visto asi, un poco de felicidad nacio dentro de él con tan solo pensar que su belleza había resaltado más por lo que acababa de pasar con ambos.
Rin por su parte, estaba inmersa en un sueño del cual no sabía si quería despertar, más bien no quería hacerlo, pero tenía miedo de que en algún momento esto terminara y todas las emociones que había sentido durante la noche habrian sido solo un producto de su imaginación, mucho peor después de pensar que ella nunca sería correspondida.
Rin no sabe en qué momento de la madrugada se quedó dormida, pero Sesshomaru seguía ahí con ella, a su lado cubriendola con su estola y con su cuerpo, no se movió ni un segundo, pues no quería perderse el hermoso espectaculo que era verla dormir. Se puso a observar toda la belleza que su protegida era, todo lo que había cambiado desde que se conocieron, cuánto había crecido y cuánto se había desarrollado, pero lo mejor de todo era que no había cambiado para nada la pureza de su alma, y no podía comprender cómo es que un alma tan pura podría haberse enamorado de un ser tan frío como lo era él.
Sinceramente, a veces las cosas suceden porque están predestinadas.
Y Rin, ella era su destino.
*Hola a todos, espero les este agradando la historia, y si tienen alguna sugerencia no duden en comentar :) *
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Amor predestinado
FanfictionRin y Sesshomaru, una historia que todos hemos esperado con ansias, una ilusión que veremos hecha realidad. Hola a todos ! quería comentarles que anteriormente ya había estado escribiendo una historia como estas, pero lastimosamente perdi mi cuenta...