La elegí (Parte 2)

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Sesshomaru pasó horas en su despacho pensando en todo lo que se venia a partir de su decisión, tenía que ver cómo iba a informar la noticia a todos sus súbditos y esperaba que ellos pudieran mostrar algo de consideración, aunque sabía que ellos no aceptarían fácilmente que una humana sea su compañera... SI.. su compañera, el estab totalmente convencido que eso es lo que debía de hacer, debía hacerla su compañera.

Quizás después de un tiempo sus súbditos se acostumbraron, después de todo Rin tenía un alma tan pura que era capaz de conquistar el alma de cualquier persona, todos podrían ver que ella era realmente un ser incomparable, y que sobretodo, sería solo SUYA, suya y de nadie más.

Las horas pasaron tan rápido, que el Daiyoukai no se había dado cuenta que había estado demasiado tiempo pensando en lo que debería de hacer, y entonces alguien estuvo en su puerta y el reconocio perfectamente el aroma.

---Rin---

---Señor Sesshomaru, ¿Cómo supo que era yo?---

---Ya deberías saberlo, sentí tu aroma, es inconfundible---

---¿Enserio?, bueno estoy aqui como me lo pidió---

---Rin...---

Y sin pensarlo un solo segundo, se acercó a Rin, a su amada, y le dio un beso, un beso lleno de ternura, lleno de amor, y puso sus manos sobre su cintura aferrándose más a ella.

Rin por su parte estaba tan extasiada, después de todo uno de sus sueños más locos e imposibles se había hecho realidad, la única razón de su existencia era permanecer al lado del demonio.

Se fundieron en un largo beso que hizo que la temperatura del cuerpo de ambos aumentara, que el tiempo se pare justo delante de sus ojos. Cuando por fin pudieron separarse para tomar un poco de aire, Rin sonrió como nunca antes lo había hecho, y esto conmovió mucho al Daiyoukai, su hermosa Rin le estaba sonriendo como nunca antes.

Estuvieron observando durante unos minutos hasta que por fin Rin hablo.

---Señor, dígame que sucede---

---Rin...Hoy he tomado una decisión, pero necesito que tú también la tomes---

---Digame cual es Amo Sesshomaru---

---¿Estás segura de querer permanecer a mi lado?---

Esta pregunta sorprendió mucho a Rin, pero la respuesta la tenía en su interior mucho antes de que sea formulada

---Porsupuesto que si Señor Sesshomaru---

---¿Y estas segura de que aceptaras todas las consecuencias?---

---Señor yo... le pertenezco hace mucho tiempo, nada me haría más feliz que pasar toda mi vida a su lado..---

Sesshomaru estuvo más que complacido de escuchar esas palabras venir de su amada, no habia nada mas que pensar, todo las consecuencias se hacen nulas cuando el supo que sería feliz, si bien es cierto, no lo sería toda la eternidad, lo sería toda la eternidad de Rin.

No le respondió a Rin, simplemente se acercó más a ella y la beso con tanto deseo y desesperación, que la dejaba sin respiración, entonces la cargó en brazos y la llevo hasta las puertas de su habitación.

---Rin, a partir de hoy, estas seran tambien tus habitaciones---

Rin quedo atónita con esas palabras que venían de su amado, significaba que ella sería su compañera de ahora en adelante, todo en realidad parecía un sueño.

Cuando entraron a la habitación, el Daiyoukai dejo a Rin en su cama, y no tardó ni un segundo en estar sobre ella, y la beso nuevamente con desesperación, Rin dejó de sentirse tímida y cogió al demonio por el cuello, acercandolo mas a él, recorría su boca con su lengua, sintiendo su sabor, el demonio empezó a acariciar a Rin, comenzando por sus brazos, sus frágiles brazos, pasando su mano por su cintura, aun sobre el kimono que esta llevaba puesta, luego quiso ir más allá y empezó a tocar sus piernas, subiendo por sus muslos, Rin no pudo evitar soltar un gemido, que por supuesto hizo gruñir a Sesshomaru de tanta excitación. No podía creer que el cuerpo de Rin podía oler tan bien, ahora que la tenía demasiado cerca podía ver que ella era exquisita, que su aroma lo embriagaba y lo excitaba como nunca antes un ser podría haberlo hecho.

Rin no se quedo atras tampoco, con un poco de timidez empezó a tocar la espalda el demonio, a sentir su cuerpo tan perfecto sobre ella, no podia mas, sentia que su cuerpo le ardía, estaba tan caliente y solo queria mucho más. Pareciera que el demonio le había leído la mente pues en ese segundo, empezó a deshacerse de su kimono, desató las cintas que lo ataban a su cintura y puso empezar a ver todo su cuerpo completo, nunca habia visto tan maravilloso espectaculo, los pechos tan redondos y perfectos de Rin, su piel tan blanca y suave del abdomen, el demonio no pudo contenerse más y se saco todo lo que quedaba de ropa, para poder terminar de descubrir a Rin.

Rin quedó muy impactada al apreciar la perfección del demonio, su pecho tan tonificado y su espalda tan prominente, podía ver perfectamente la marca de sus brazos, su piel tan blanca, sus cabellos plateados cayendo sobre ella, todo era perfecto.

Sesshomaru termino de sacar toda prenda que tuviera Rin y por un momento quedó perplejo observando, Rin pensó que se había arrepentido, hasta que de pronto empezó a besarla en el cuello, bajando lentamente hasta llegar a sus senos, no dejo de olfatearlos y luego con su lengua empezó a posarse sobre ellos, haciendo que la humana gimiera de tanto placer que por primera vez estaba experimentando, luego con una de sus manos tomó uno de los senos y empezó a masajearlos poco a poco, mientras él seguía bajando pasando por su abdomen, hasta que llegó a la feminidad de Rin, y vio que olía exquisitamente delicioso, quería poder estar ya dentro de ella, quería hacerla completamente suya pero aún no era momento.

Su hombría ya estaba muy endurecida y ante los ojos de Rin, que al ver tal cosa solo pudo sentir que se humedecio y tenía una extraña sensación de tenerlo en ella. Rin sintió el aroma que venía de su humedecida humana y supo que el momento había llegado, se posó sobre ella y estaba a punto de entrar en ella, cuando hablo

---Rin... ¿Estás segura?---

---Sess...shomaru... solo hazlo por favor---

Esta súplica de su amada excito al demonio y no lo pensó más y entró en ella con una embestida firme pero no fuerte, ya que sabía que era la primera vez de la humana.Rin soltó un grito tremendo al sentir a su señor dentro de ella, Sesshomaru empezó a embestirla con suavidad hasta que ella pudiera acostumbrarse a él, una vez que los gemidos de Rin empezaron a ser de placer, el demonio no soporto más la agonía y empezó a embestirla con fuerza, Rin no aguantaba gritar, no podía contenerse, no le importó que el resto de youkais la escucharan, ella solo quería disfrutar ese momento, ese momento en el que su señor la hacía totalmente suya.

Sesshomaru empezó a recorrer el cuerpo de Rin cons sus garras, y cuando estuvo al borde del orgasmo, puso sus colmillos sobre el cuello de Rin y la mordió, mientras se corría dentro de ella.

Rin grito muy fuerte a sentir como le quemaba el cuello por los colmillos de su Señor, sabia que asi era como marcaban a sus compañeras, pues la misma mordida había visto en el cuello de Aome, después de eso Sesshomaru seguía embistiendo pero más lentamente, mientras veía como el cuerpo de Rin estaba brillando por el sudor, Rin definitivamente estaba agotada, ya era de noche, habian pasado horas desde que hablaron en el despacho.

Dejo que Rin se recostara en la cama para luego el posarse a su lado, abrazándola, no podía dejarla ir, ella ahora era todo su mundo, era oficialmente su compañera, y él estaba dispuesto a protegerla todos los días de su vida.

---Rin---

---Dígame señor Sesshomaru---

---Ya no debes decirme asi, solo Sesshomaru---

---Esta bien...Sesshomaru---

---Te amo---

---Yo te amo mucho mas Sesshomaru---

Después de decir eso, Rin se quedo profundamente dormida.

Amor predestinadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora