Amor predestinado

13. Perdoname

Sesshomaru y Rin se quedaron en la cabaña que solía pertenecer a la anciana Kaede, después de todo ese era lo más cercano a un hogar que Rin había tenido en su estancia en la aldea.

Todo parecía intacto desde que ella se había marchado ya hace unas semanas, así que no tuvo demasiados problemas, seguro Aome sabría que algun dia regresaria a visitarlos y debía seguir teniendo un lugar para poder quedarse. 

Jacken se quedó con Ah-Un en otra cabaña, ellos no querían interrumpir a su amo Sesshomaru, seguro que él querría pasarla mejor a solas con su compañera, y la verdad es que no se equivocaban.

Rin se acostó en la cama y le pidió a Sesshomaru que la acompañara, ella en realidad disfrutaba que su amado demonio estuviera a su lado, el Lord no lo dudo ni un segundo, se acostó junto a ella y la abrazo protectoramente, Rin seguía sonrojándose a pesar de todo, no podía creer que un demonio tan frío como Sesshomaru, podría mostrar tanto amor y tanto afecto, lo adoraba, lo amaba.

Ella alzó un poco la cabeza para poder fijar sus ojos en aquellos ojos dorados que adoraba, Sesshomaru podía ver el infinito a través de los ojos de Rin, no habia cosa mas hermosa que ella, y la beso, al principio lentamente hasta que se volvió un beso más apasionado, sus manos empezaron a tocarla, a rozarla con sus garras, esto provocaba una excitación que Rin no podía soportar, se derretía en los brazos del demonio, sentía como su cuerpo empezaba a quemarle, Sesshomaru por su parte solo quería tenerla así siempre, empezó a desatar su kimono lentamente para ir descubriendo ese cuerpo que lo enloquecia, Rin soltaba unos gemidos que excitaban al demonio, ella sentía como la hombría de su compañero empezaba a sentirse junto a su cuerpo mientras lo rozaba, y empezó a despojarlo de sus ropas, lo necesitaba, lo deseaba, quería fundir su cuerpo junto al de él.

Poco a poco quedaron al descubierto frente al otro, Sesshomaru la contempló durante unos segundos, viendo la perfección en su amada, y luego entró en ella fuertemente y Rin no pudo evitar gritar, se olvidó de que no estaban en el palacio, y que podrían haberlos escuchado, Rin se sentía como en el cielo, sentía que podía tocarlo, no pensó experimentar eso en toda su vida, y lo mejor era que podría seguir haciéndolo todos los días de su existencia, llegaron a tal punto en que ya no podían más, y ambos de dejaron ir en el cuerpo del otro, ella estaba cansada pero muy feliz.

Rin se quedo dormida acurrucada por los brazos de su compañero, quien la abrigaba con su cuerpo y con su estola, le encantaba verla dormir, era un gran espectaculo que no podia perderse, pero las palabras de su sobrino llegaron a sus pensamientos.

"Cuando Rin tenga hijos..."

El demonio no había pensado en eso lo suficiente, toda su larga vida había odiado a los que no tenían la sangre realmente pura, su idea de seguir con el legado del imperio estaba muy arraigada en él, no quería hijos en ese momento, el eclipse lunar estaba por llegar, tenía muchos asuntos que necesitaban de su total atención, si bien amaba demasiado a Rin, no estaba seguro si su orgullo podría permitir tal descendencia, en realidad sí había cambiado, el lo sabia, pero no sabia si habia cambiado lo suficiente, se sentía como imaginar a su hermano Inuyasha como Lord de las Tierras del Oeste, no podía, simplemente aún no podía. Y Rin, él no quería compartirla con nadie, quería ser el centro de su vida y su eternidad. Sabía que Rin no viviría lo suficiente, y eso ya lo había aceptado, y por tal motivo la quería disfrutar todo el tiempo posible. 

---Perdón Rin...--- es lo que susurraba el demonio a su amada por tales pensamientos, pero no se percató que alguien más estaba escuchandolo.

Sintió un aroma muy conocido, y a tales horas de la noche le pareció muy extraño y salió a ver.

---Sesshomaru..---

---Inuyasha, ¿Qué es lo que quieres ahora?---

---Solo queria preguntarte algo, no he podido en todo el día---

---Habla entonces---

---Sesshomaru, en realidad has dado un gran paso, pero... ¿estás dispuesto a todo por ella?---

---Que tonterias dices, claro que si---

---¿Incluso a tener una familia?---

Sesshomaru no tuvo ninguna expresión, pero en su cabeza no podía dejar de pensarlo, era el pensamiento más egoísta que tenía con respecto a Rin.

---Responde Sesshomaru, ¿estás dispuesto a todo por ella?---

---Eso no es de tu incunvencia---

---Claro que es de mi incunvencia, no puedo permitir que prives a Rin de una felicidad tan grande, únicamente porque no quieres tener un hanyou como descendencia y ocupando el lugar que mi padre te dejó---

---Yo ya soy el Lord de las tierras del Oeste, y te aseguro que no moriré---

---Sabia que tu orgullo seguía ahí Sesshomaru!!!!, me siento tan mal por Rin, ¿Ella no sabe nada de tus planes no es verdad?---

---No necesita saberlo---

---Llegara el dia en que ella quiera una familia como cualquier mujer, ¿Que le dirás entonces?---

---Conmigo es suficiente, no llegará aquel día---

---Eres muy egoísta Sesshomaru, sigues siendo tan frío y cruel como antes---

---No te metas en mis asuntos---

---Si no estabas dispuesto a eso, no debiste tomarla como compañera...---

Inuyasha se fue muy molesto con dirección al bosque, necesitaba golpear algo con mucha urgencia, no podía creer como Sesshomaru era capaz de hacerle eso  Rin, no podía creer que no había dejado a un lado su orgullo, es que ¿Acaso no pensaba en Rin?, Sesshomaru no sabía lo que era tener una familia, pero no por eso tiene que privar a Rin de un sentimiento tan hermoso.

Nunca había odiado a su hermano, a pesar de todas las peleas que habían tenido, cuando supo que Rin lo seguía, pensó que debía haber algo bueno en su interior para que una niña tan buena pueda estar a su lado acompañándolo, pero en ese momento lo odiaba, lo odiaba más que a nada, odiaba su orgullo, su sangre pura, odiaba que su padre lo haya criado de esa manera, y agradeció profundamente haber tenido a una madre que lo haya querido y le haya enseñado el valor de una familia, gracias a eso había podido ser feliz a lado de Aome y de sus dos hijos, no los cambiaría por nada.