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Soportar a Chan durante una semana era una de las peores pesadillas que había tenido, y ahora tendría que soportarlo durante todo ese tiempo y un poco más; ¡su pesadilla se había hecho realidad!

—Esto no lo voy a permitir. — chilló el menor, poniéndose de pie y siendo de vuelto por unas pálidas manos.

—No vas a hacer nada, princesita. Nos vamos a divertir demasiado. — un burlón rubio comentó, mientras le miraba fijamente.

Changbin tenía miedo y rabia, no podía ser posible que le tocara con el peor estudiante de todo el colegio y el chico más idiota en la faz de la tierra.

Que suerte se cargaba.

Y es que realmente era increíble, podía tocarlE con cualquier persona en el mundo, la que sea, no importaba realmente pero menos con aquel rubio idiota que sólo se interesaba por llevarse a una chica a la cama cada noche.

Detestaba su vida demasiado, ¡muchísimo!

—¡hey!¡shh! Te me pierdes, tenemos que hablar sobre las reuniones. — chasqueó sus dedos frente a los ojos del menor.

—Todas las tardes en mi casa, de tres de la tarde a las seis. Y vamos a trabajar, nada de sólo ir a hacerme perder el tiempo. — gruñó el pequeño seo, mirando al australiano con los ojos entre cerrados.

—¡uh! No puedo, los miércoles y viernes tengo cosas importantes que hacer después de las cinco de la tarde. — dijo el mayor un tanto molesto.

Changbin se encogió de hombros, sonrió divertido, quizás si se negaba el chico no iba a su casa y así, se quedaba sin equipo.

Pero para su desgracia, Bang sabía lo que el coreano tramaba.

—¡oh, ya! No importa, podré ir en cuanto me desocupe. — sonrió divertido cuando Changbin gruñó con molestia.

No era posible lo cruel que era la vida con él, tendría que darse por vencido y aceptar que le había tocado con un idiota, y no podía hacer nada más.

Suspiró pesadamente y miró al rubio directamente a los ojos. Una incomodidad bajo desde su pecho hasta las plantas de sus pies.

Negó y bajó lo mirada, un tanto confundido y molesto por la extraña reacción que su cuerpo había mantenido por aquella pequeña acción.

Chan sonrió de lado al ver como el menor tomaba un color carmesí en sus pequeñas orejas, realmente adorable. Sacudió su cabeza y carraspeó, volviendo a verle y esperando una confirmación.

— A las tres en mi casa y, ¡solo vamos a trabajar! — ni siquiera volteó mientras aquellas palabras salían de su boca.

Chan volvió a reír divertido, aquello había sido bastante extraño y le molestaba un poco, pero ver al menor en aquella situación era aún más divertido que lo molesto.

Tomó la barbilla del menor y lo acercó a su rostro, cerca de sus labios y aguantó la risa que le causaba el rostro sorprendido del menor.

—Dame tu dirección y ahí me tendrás, mariquita. — soltó con brusquedad el rostro de bin, él solo se quejó en voz baja, lanzándole otra mirada de desprecio.

—————{☀}—————

La puerta de su casa estaba comenzando a ser tocada con brusquedad y velocidad, sacándole de quicio, y haciéndole enojar.

Era increíble que el chico de cabellos rubios fuera molesto para cualquier maldita cosa. Bufando y arrastrando sus pies fue hasta la puerta principal, la cual abrió rápidamente, topandose con un pálido chico de cabellos rubios, vistiendo ropa oscura y una chaqueta de cuero.

✧ ཻུ۪۪Bad Boy ¡!  〖chanchang〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora