Mystrade One-shots

Under the rain

"Amo caminar bajo la lluvia, porque así nadie sabe que estoy llorando"

Greg caminaba, mejor dicho cojeaba por las oscuras calles de Londres, saliendo del edificio de Scotland Yard hacia su casa, que estaba lejos, pero realmente dudaba si habrían taxis a las 12:00am, aquello estaba totalmente desierto de personas, con todas las luces apagadas, excepto obviamente las de los postes de las calles, pero aún así...Se sentía demasiado fantasmagórico. El porqué la salida tan tarde del trabajo era que esta vez quería resolver un caso completamente solo. Era el inspector detective, el líder del cuerpo de policías detectives en Londres, y ya se hacía una mala costumbre que a cada rato le esté pidiendo ayuda a Sherlock a resolver los casos que le eran difíciles para él y aquel pensamiento le hacía sentir completamente inútil, irrelevante incluso en su propio trabajo, solo porque según Holmes, él veía, mas no observaba. Apretó su puño que sostenía la gabardina por un lado mientras se cubría con ésta. Añadiendo más a esto último, para su gran buena suerte, estaba diluviando. Y él estaba mojado hasta los calcetines, pero que más le iba a hacer...Maldición, y se le quedó la sombrilla en casa. Al menos cubriéndose con la gabardina funcionaba un poco, no se mojaba tanto, pero igualmente estaba empapado, había caminado bajo la lluvia como media hora y aún faltaba para llegar a casa, solamente quería entrar por la puerta, cambiarse de ropa y tumbarse a dormir como la marmota que realmente era. 

A lo lejos vio una parada de bus a lado de la calle y avanzó al trote hacia él para sentarse un momento en la silla metálica, temblando de frío. Hacía tanto de éste que su aliento se volvía vaho cuando exhalaba. Soltó un suspiro tembloroso, ni siquiera sentía las manos de lo congeladas que estaban, y hasta mover los dedos le dolía. Sentía que le daría hipotermia en cualquier momento, pero solo era una exageración de Greg. Él se levantó y tratando de conseguir algo de calor metiendose las manos debajo de las axilas y aun cubriendose con la gabardina, salió caminando de la protección del techo de la parada del bus y siguió caminando bajo el diluvio universal de Londres.

Se detuvo de nuevo bajo el techo de una tienda, ya a unas cuadras, como unas 7 de su casa, y esta caminata congelada y bajo la lluvia terminaría. Greg se volvió a mirar las manos, estaban temblando y muy pálidas a la vez. Sus pies tampoco es que estuvieran mejor, ya que la desagradable sensación de tener las medias mojadas estaba manifestada. Se mantuvo un rato en silencio y frunció el ceño, logrando descifrar un sonido a través de las gotas cayendo, el reconocible sonido de pasos sobre los charcos. Lestrade alzó la cabeza y la giró hacia los pasos que venían hacia él y se sorprendió de verdad al ver el hermano mayor de Sherlock, deteniendose frente de él, con el paraguas cubriendolo de la lluvia.

-- S-señor Holmes...Que hace por aquí a estas horas?

-- A veces me gusta salir y caminar un rato bajo la lluvia. Sin personas...Ruido, nada más que este paisaje tan melancólico...Esto es lo mio. 

-- Heh...Eso me ha contado Sherlock de usted.

-- Me lo imaginé. Y la misma pregunta es para ti, qué haces a estas horas por aquí?

-- Solo...Volvía a casa después de resolver otro caso por mi cuenta.

-- Por tu cuenta? Vaya, normalmente consultas a mi hermano para la mayoría de casos.

-- Lo sé. No tienes que recordarmelo. -- Dijo algo brusco el inspector y fue a continuar su camino bajo la lluvia cuando sin esperárselo, Mycroft le detuvo con una mano posandose en su pecho.

-- Me da....Cierta pena por tí al verte caminar bajo este diluvio, aparte de lo empapado y frio que estás. Déjame llevarte a tu casa.

Greg miró sorprendido y extrañado al hermano mayor de Sherlock, según el detective, Mycroft era muy poco humano y rata vez se mostraba apenado como para ayudar a alguien, pero tampoco es que iba a decir que no a semejante ayuda. En medio del frío y la lluvia, logró esbozar una sonrisa y se acercó a él para estar debajo de la sombrilla y los dos empezaron a caminar hacia su casa en completo silencio. Mycroft parecía disfrutar de solo el ruido de la lluvia, sin embargo Lestrade sentía un tenso ambiente entre ellos, ese tipico y muy incómodo silencio.

Después de como 5 minutos asi, Greg decidió romper el hielo.

-- E-es...Muy amable de tu parte que me dejaras caminar contigo...Q-que me acompañaras a mi casa, quiero decir

-- Siéntete especial en ese caso. Nunca hago esto por nadie, sabes?

-- Y entonces...Porqué por mi si?

Mycroft dejó la conversación sin una respuesta, solo apartó la mirada y siguieron caminando. Ya millones de dudas y posibles respuestas se empezaban a formular en la cabeza del inspector detective, pero tampoco es que quería incomodar al hermano de Sherlock con insistirle una respuesta.

Siguieron y siguieron caminando en silencio, aún no había amortiguado absolutamente nada la lluvia, seguía igual de intensa, ya parecía que las calles se iban a inundar, pero justo a tiempo los dos hombres habían llegado a su destino y se detuvieron en frente del pórtico de la casa, para que Greg saliera de la protección de la sombrilla al frente de su puerta, abrió con una sonrisa en su rostro por al fin haber llegado, y antes de entrar, se giró hacia Mycroft, que lo miraba fijamente desde las escalerillas del pórtico.

-- Qui...Quisieras pasar? -- Le invitó el inspector con un ademán de la mano.

-- Por ahora, no.

-- Por ahora..?

-- Hasta luego, inspector Lestrade. -- Dijo Mycroft con una leve sonrisa asomándose en sus labios y se dio media vuelta para seguir caminando su curso. Lestrade iba a decirle algo, pero se calló al instante al ver a ese hombre alejarse debajo de la sombrilla, debajo de la lluvia. Otra nueva duda se formó en su cabeza..."Por ahora"? Qué quería decir con eso? Quizá que se verían más a menudo o algo así? Sacudió la cabeza y entró a su casa, yendo directamente a su cuarto dejando un rastro de agua detrás, aún pensando en este extraño acontecimiento que le sucedió con Mycroft Holmes, gracias a ello entendió mejor que....Los casos no son el único misterio del mundo, sino que también peculiares personas, que caminaban bajo la lluvia.