8. Igual no sea tan anónima

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Anónimo91

Sé que estoy haciéndolo mal. Sé que no son formas de acercarme a él y también sabía que esto podía pasar. Pero esperé al menos poder disfrutarlo un poco más. Que ingenua, por más que estemos a oscuras, ¿Cómo no pensé en que podría reconocer mi voz? Porque pensaste con el culo, joder. Y nunca mejor dicho. Seguramente he estropeado lo poco que podría haber entre nosotros. Tantos meses admirándolo a distancia, admirando su cuerpo a través de la cámara de su ordenador, incluso cuando ni él lo sabía. Solo era un maldito beso coño, no sé por qué tuve que actuar así. No sabré que hacer cuando nos volvamos a ver, eso si es que pasa. Solo quería sentir un poquito nada más, al fin y al cabo, sabía que no íbamos a llegar muy lejos con esa situación, por lo que estoy a punto de confirmar. Todo lo malo tiene que pasarme a mí.

Godoy

En cuanto me quise dar cuenta, salió tan rápido que ni tiempo me dio a verla. Pero eso solo me confirma que es ella. Pero sin embargo eso me tiene aún más confundido. ¿Será ella la hija de la directora? ¿Por qué hace todo esto? ¿Será que de verdad le gusto? En fin, vine buscando respuestas y me encontré con más preguntas.

Tal vez debería dejarla reflexionar, a ver si ella da el paso a esta gran conversación.

Días después...

Ella me está evitando, apenas la he visto estos días, y en cuanto me quiero acercar, huye despavorida. Pero hoy pienso enfrentarla, a como dé lugar. Estas dudas me están matando.

—¿Tienes un momento? -dijo algo nervioso.

—Go-Godoy, si-si me disculpas estoy bastante ocupada —respondió ésta intentando huir de nuevo.

—No, hoy no vas a huir. Me debes unas cuantas respuestas y explicaciones, ¿no crees? —preguntó mientras la sujetaba firmemente del codo.

—Si... Bueno... Tal vez tengas razón. Pero aquí no por favor, no quiero que nadie nos vea. Nos veremos después de clase, en la biblioteca.

—¿Ya no quieres que sea en mi casa? —ironizó.

—La verdad no me importa donde sea, sé que tengo mucho que explicar. Pero tú también.

—Venga ya, Sarah. Somos amigos, que yo sepa. Así que nadie va a sospechar nada, puesto que normalmente estamos juntos. Más bien sería al revés. Me rehúyes y por ello nos mirarán más.

—Está bien... —dijo está última resoplando. — ¿Qué quieres saber?

—Todo, Sarah, todo. ¿A qué estáis jugando? ¿Desde cuándo lo sabes? ¿Por qué me haces esto?

—No entiendo nada. ¿Jugamos quiénes? No lo entiendes, ni lo entenderías nunca. En ningún momento fue con mala intención.

—Tú y tu madre. ¿Qué queréis conseguir?

—Me ofendes. Además, ¿qué tiene que ver mi madre en todo esto?

Godoy sonrió cínico. Tal vez se estaba equivocando. O tal vez no. Pero si ella se hacía la tonta, él también sabía jugar a ello. Ya estaba cansado de esta pequeña historia a la que no veía sentido. Así que, sin más, decidió cambiar absolutamente toda la estrategia.

—¿Sabes qué? Olvídalo.

—No entiendo, ¿ya no estas interesado en saber?

—No. No hay nada que entender. Seguiré con mi vida y tú con la tuya.

—Pero... Godoy yo solo... —respondió Sarah nerviosa.

—Buen día, Sarah.

Él no esperó respuesta, simplemente se fue. No terminaba de procesar lo que estaba pasando. Ya sabía que el anonimato provenía de Sarah. Pero no tenía sentido porque él desde siempre había estado interesado en ella y ella no hacía más que rechazarle. Y la otra cuestión era... ¿Cómo continuaba ahora en su web? No podía ignorar el hecho de que ya había al menos dos personas que conocían de su existencia como "El Sapo". Bueno, si contaba con Gina serían tres. Ahora que ya sabía quién se escondía en ese usuario, no sabía si era algo bueno o malo. Si se trataba de una ventaja o una desventaja.

—Cada vez me requieres con más urgencia. ¿Y ahora qué, Godoy? —suspiraba Gina somnolienta.

—Quiero deshacerme de todo esto de "El sapo", ya estoy cansado de que se burlen de mí.

—¿Y eso es lo que no puede esperar hasta mañana? Godoy, son las 3am.

—Tengo que contarte todo, no sé qué hacer con la web. No sabes con quién tuve la cita...

—Ajaa, así que había una cita. Cuéntame, total ya estoy desvelada.

—Pues tenías razón. Yo quería saber quién se encontraba tras ese usuario anónimo y lo encontré. Se trataba de Sarah.

—¿La misma Sarah por la que llevas colado tanto tiempo? ¿La misma que no ha hecho más que rechazarte? No entiendo nada.

—Yo tampoco. Solo que la cita fue bien tras seguir tus consejos. Y de repente, cuando estuve a punto de besarla, se delató ella misma.

—Todo esto es una completa locura. ¿Qué harás al respecto?

—Ella ya me ha visto desnudo y al parecer, la gusto. Así que sacaré provecho de ello hasta que me canse de ella.

—Godoy, empiezo a no estar de acuerdo con el curso que está tomando esta conversación. Además, no te pega nada.

—No hace falta que lo hagas. Sé que eres mi amiga, pero también sé que estás conmigo solo porque te pago.

—Estás siendo un completo imbécil, que no está viendo más allá de sus narices. Sal de aquí.

—Lo haré, pues ya estoy harto de que me tomen el pelo.

Y con ello Godoy pensó en un plan de acción. No volverían a burlarse de él. Iba a hacer hasta lo imposible por demostrar que, aunque no fuera mujer, también tenía sus armas. Y en especial, una de un calibre bastante grande.

ME DICEN EL SAPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora