Capítulo 19 | Luchar Por Un Motivo

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CASEY

El lugar era frío y silencioso, incluso me aterraba mucho entrar al lugar, pero tenía un motivo para hacerlo.

Me acerque a un corto pasillo donde me conducía a los elevadores y a unas escaleras para subir fácilmente a los demás pisos. Sabía a cual tenía que ir, habitación 17, piso 3. Al ver mis dos opciones, no dude mucho en tomar las escaleras por mi seguridad.

A cada paso que daba en los escalones, la madera rechinaba cada vez más y ante el silencio, se oía como un eco. Mis nervios aumentaban y mis manos sudaban contra el arma que sujetaba con fuerza. Sólo conservo seis balas. La idea de tener sangre en mis manos me aterra aún más, pero es por un motivo.

Llegué al tercer piso, conformado por un largo pasillo oscuro y cuartos a su alrededor. Al final, estaba una ventana que reflejaba la luz de la luna que me permitía ver la mitad del corredor, o en especial, aquella sombra frente a la ventana.

Trague saliva y alcé el arma para estar preparada ante todo.

—Debemos evitar esto—Decidió hablar Elena, de forma tranquila y serena—. No tiene caso lastimarnos.

— ¡Le hiciste daño a Kevin! —Grite con coraje— Él no merece tenerte. Eres una chiflada.

Su risa se expandió por todo el pasillo, incluso el silencio se fue debilitando poco a poco.

— ¿Acaso repetirás lo de siempre? Disparar, llorar y sentir culpa por el resto de tu vida—Su sonrisa maliciosa apareció en su rostro—. No tuviste el valor de dispárarle a tu tío ¿Acaso lo harás conmigo?

La ira me consumía en mi interior, que no pude evitar jalar el gatillo. No obstante, disparé contra la ventana.

— ¿Lo ves? —Volvió a soltar leves carcajadas—. La pobre niña no pudo salvar a su papá.

Apretaba mis manos con tanta fuerza, no podía seguir escuchándola.

Ella te está haciendo enojar—Susurró Dennis tras mis espaldas—, te está poniendo en otro juego. Solo quiere hacerte arder en furia.

Cerré mis ojos y respire hondo un par de veces, sintiendo como mis músculos se calmaban por completo y los nervios parecían ir desapareciendo.

—Eres débil—su voz se volvió seria y fría—, destruiste lo que amabas. Sé que te agradaban las personalidades, sé que convivías con ellas. Pero los mataste...al igual que tu orgullo.

— ¡Ya basta! —Las lágrimas me cegaban la vista y mis manos ya no apretaban con fuerza el arma.

Miré su sombra correr a mi dirección, hasta que sus manos fueron a parar a mi cintura y me empuja con todas sus fuerzas hasta derrumbarme contra el suelo, causando que el arma resbalara contra mis manos y fuera a parar lejos de mi alcance.

Elena se colocó encima de mí y no tardó mucho en golpear mi rostro. La sangre brotaba de mi nariz junto con las lágrimas que tuvieron que salir, pero no me detuve. Sujete sus manos y la empuje con todas mis fuerzas para que cayera a un lado mío.

—Eres una perra—Gruñí con rabia.

Me abalancé encima de ella y mis manos no pudieron controlarse. Golpeé todo su rostro, manchando mis nudillos con su sangre al igual que la mía.

— ¡Detente Casey! —Su voz invadió por completo mi mente, causándome un dolor severo de cabeza— ¡Tú no haces esto!

Me detuve, mire a mis espaldas su silueta y su rostro desconcertado ante lo que he hecho. Era una mirada que jamás había visto.

Una Parte De Mí | Segunda temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora