Capítulo 15 | Los Hábitos Nunca Mueren

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CASEY

Las imágenes se encontraban borrosas, apenas veía la claridad de la luz blanca. Gritos de personas sacudían mis oídos y el sonido de sus pasos se escuchaban cada vez más fuerte. Mi cuerpo se movía a pesar de no mover los pies. Me encontraba acostada, pero estaba rodeada de un entorno ruidoso. Mi corazón latía con fuerza y un dolor seguía creciendo dentro de mí.

— ¡Apliquen morfina!

—Debemos llevarla a urgencias.

Abrí los ojos poco a poco hasta que la imagen de la realidad se hizo más clara. No obstante, al despertar, el dolor aumentó más.

— ¡Está despertando! —Gritó una mujer— Debemos dormirla

Sentí un piquete justo en mi brazo derecho, causando que cayera rendida nuevamente a la oscuridad.

Un sonido me hizo regresar nuevamente a la realidad. La luz cegó mis ojos por un momento hasta que pude recuperarme de mi postura. Observé a mi alrededor, asustada al ver donde me encontraba.

— ¿Te encuentras bien?

Observé a mi lado y me percaté de la presencia del sargento West, quien se encontraba sentado en una pequeña silla a un lado de mi cama.

— ¿Qué pasó? —Mi voz era débil que apenas pude pronunciar aquellas palabras.

—Accidente de auto —me informó —. Aunque, eso no explica mucho tu herida —apuntó hacia mi abdomen.

Me moví un poco entre la cama y eso provocó que soltara un quejido de dolor, era un ardor proveniente de mi abdomen.

—Tuviste una herida de bala, cerca de tus costillas como me informó el doctor —me dirige su mirada seria —. Por suerte, la bala no dañó ningún órgano. Dentro de unas cuantas semanas te sentirás bien.

— ¿Qué le pasó a David? —Pregunté con preocupación — ¿Se encuentra bien? ¿Dónde está?

— ¿El sujeto que estaba contigo? —Frunció el ceño —. Él se encuentra bajo arresto por presunto sospechoso.

Al oír aquello, no pude evitar moverme de la cama.

— ¡¿Cómo?! —Dije con asombro y confusión— ¡¿Por qué?! Él no hizo nada malo.

—Cálmate—me advirtió con firmeza— o te harás daño.

—¡Contésteme!—Gruñí.

Se levantó de su asiento y se posiciono frente a mi cama. Nos miramos mutuamente mientras yo esperaba su respuesta.

—Encontraron un permiso en su auto que le pertenecía a él—se acomodó su saco mientras me explicaba—. Creen que fue el responsable de tu herida. Se deshizo del arma y puede que haya provocado el accidente.

—Ustedes necesitan escuchar mi versión—Me aferré en decir—, están creando ideas que son falsas. Además ¿Qué pasó con el sujeto del otro carro? Con quien chocamos.

—Desapareció.

Antes de decirle algo más, se marchó sin haberme dirigido nuevamente la mirada.

El silencio se quedó conmigo.

...

Traté de dormir para descansar un poco, pero no pude. Tampoco podía comer. Estaba preocupada por David y estaba demasiado angustiada por Kevin. No me preocupaba si mi vida corría peligro, necesito ver una vez más a Kevin. Lo necesito.

— ¿Señorita Cook?

Una enfermera entró a la habitación, sujetando un celular entre sus manos.

Una Parte De Mí | Segunda temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora