Capítulo 17 | Mentiras Inolvidables

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CASEY

Estaba perdida, nerviosa e incluso tenía miedo sobre lo que sucederá. Tengo mis sospechas, mis ideas, de igual forma mis estrategias, pero el miedo me absorbe tanto que creo que las cosas saldrán mal de alguna forma.

Me encuentro acostada en la cama. El día se encuentra despejado, sin embargo, mi mente parece estar nublada de confusiones que me impiden pensar. Trato de saber, de encontrar o de entender dónde podrían encontrarse ellos. Tal vez en una casa lejana a la ciudad, o en un hotel abandonado o puede que no se encuentren en el país.

Si sigues pensando tanto, no llegaras a ningún lado—Advirtió Dennis, apoyado contra la pared a un lado de la ventana—. Si quieres una pista, será mejor volver atrás con las cosas que ya tienes.

No pude evitar verlo. El reflejo del sol iluminaba por completo su rostro al igual que su cuerpo, su camisa de botones apretada contra su pecho y sus pantalones de traje ajustados contra sus piernas. Era algo loco de pensar, pero me permití apreciarlo desde mi lugar.

—Siempre apareces cuando me siento perdida—Suelto una leve carcajada.

Porque, cuando te sientes así, solo piensas en mí—Sonrió—. Eres tú la quien me controla, yo no.

Me levante de mí lugar y me acerque a él. Su presencia parecía real que me daban ganas de pellizcarme para creer que esto no es un sueño. Sin embargo, no podía tocarlo. Solo él a mí.

—Te extraño—Susurre sin dejarlo de mirar—, jamás pensé que me enamoraría de mi secuestrador.

Pero te casaste con él, de cierta forma—Reímos un poco—. Sabes que yo siempre estaré contigo, aunque no haya sido alguien real, supe amarte hasta el final.

Su mano acarició mi mejilla, pero su tacto no pude sentirlo, simplemente lo vi como una ilusión.

—Tienes que cuidar de Kevin, Casey—Retiró su mano—. Tienes que ser tú el quien lo salve.

Sus manos fueron a parar directamente a mis ojos, obligándome a cerrarlos. Al hacerlo, supe que su presencia había desaparecido, al igual que los rayos del sol que alumbraban la habitación.

Sus palabras siempre quedan grabadas en mi mente, porque sé que me ayudaran a salvar a Kevin. 

"Si quieres una pista, será mejor volver atrás con las cosas que ya tienes"

No era muy claro su mensaje, pero sospeche que debía de hacer.

...

Baje del taxi a unas cuantas cuadras cerca del hotel Vin Blanc. Antes de que pudiera avanzar más, me percaté que el lugar se encontraba bajo investigación: varias patrullas y cintas policíacas rodeaban el hotel. Algunos espectadores se quedaban observando el lugar, fascinados con presenciar un tipo de crimen en un hotel lujoso. 

Al seguir caminando—y pasando desapercibida entre la gente— encuentro un callejón que me conduce a la parte trasera del hotel, por lo que no dudo mucho en entrar por ahí. Al llegar, me encuentro con dos puertas, una donde da paso a la cocina y otra para los camiones que vienen a dejar la despensa. Antes de seguir el paso, un cocinero sale por la puerta atendiendo una llamada.

—Ya te dije que mañana no podré ir, veré cuando me dan el permiso para irme—menciona molesto—, iré a ver...está bien, hay voy para allá.

Se quita su mandil negro que deja en el barandal de las escaleras que dan paso a la cocina, se sube a su auto y se retira a toda prisa del lugar. Por un momento, me sentí muy afortunada por lo que ocurrió. No tarde mucho en correr por el mandil y ponérmelo para entrar al lugar.

Una Parte De Mí | Segunda temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora