Capítulo 1 | El principio

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Han pasado tantas cosas: el tiempo, los momentos, las heridas y los recuerdos. A veces pienso que la vida es corta cuando creo que las cosas pasan rápido. Pero mi cabeza sigue llena de tantas cosas que me siguen afectando. Sin embargo, trato de enfocarme en el hoy, en mi vida y lo que tengo ahora.

En cambio, las noches siguen igual, no han cambiado. Sigo caminando entre las pesadillas y despertando agitada por lo que me encuentro. Hay veces en las que tengo miedo de mí misma, pero ya no puedo huir de mí. En mi vida siempre lo he hecho, con mi tío y después Dennis. Hay veces que en las pesadillas sigue navegando nuestro romance y en como yo termine con él. Es una herida que aún no puede cicatrizar a pesar que cada día lo veo, pero no es él, es solo su imagen en otra alma. En mi esposo, Kevin.

Voy en el auto, sentada en el lugar del copiloto. Kevin conduce con tranquilidad mientras toma mi mano y la acaricia suavemente. Sin embargo, mantengo la mirada perdida en la ventanilla.

—Todo saldrá bien—susurra—. Te ayudara, Casey. Yo sé que sí.

Lleva mi mano a sus labios para besarme los nudillos y sonriendo para mí. Le regreso la sonrisa, pero sólo por unos segundos.

A causa de mis pesadillas, Kevin sugirió que consiguiera ayuda. Dice que los psicólogos son la solución, pero él no sabe que crecí resolviendo mis propios problemas, aunque no me fue bien al respecto. Las cosas han cambiado durante estos largos meses. Tuve que dejar a un lado mi profesión como psicóloga a causa de los problemas que estoy viviendo. Trato de buscar otro oficio para mí, sin embargo Kevin quiere que tome un descanso y sólo me relaje. Pero siempre pienso en las preocupaciones; los gastos del hogar y en otras cosas que necesitamos, pero él dice tenerlo bajo control y no puedo hacer nada mas que confiar.

—Llegamos.

Miro a mi alrededor y me percato que habíamos llegado al lugar. Bajo del auto un tanto nerviosa y sin ninguna expresión en mi rostro. Observo el pequeño edificio con un cartel encima anunciando a las personas que podrían venir aquí a pedir ayuda, como era mi caso. Kevin me sujeta de la mano y caminamos a la puerta del lugar. Al entrar, mire a mi alrededor. Me sentía un poco extraña, sentía nervios y a la vez nada, tal vez porque en realidad me obligo a mí misma a no sentir nada.

—Ahora vuelvo—se coloca frente a mí—, si quieres toma asiento y yo veré si ya está la señora Filin disponible, ¿Ok?

Asentí mirándolo fijamente. Me sonríe nuevamente y besa mi mejilla. Camina para hablarle a la recepcionista, mientras me quedo ahí parada a un lado de la sala de espera. Puedo sentir con facilidad algunas miradas encima de mí. Se encontraban cuatro mujeres, dos estaban solas y las demás venían acompañadas. La mayoría eran jóvenes a excepción de una que era una simple niña de nueve o diez años. El silencio reinaba en el lugar. Se podía escuchar a la perfección mis pasos contra el suelo. Tomo asiento lo más lejos posible de ellas y decido quedarme cabizbaja y callada como las demás.

— ¡Casey! —Alzo la mirada y viene hacia mí Kevin—, ya puedes pasar. Pero, no puedo acompañarte.

Me levanto de mi lugar sin decir ninguna palabra.

—Calma—me susurra—, todo saldrá bien. Te ayudara a que terminen tus pesadillas. Y estaré aquí cuando me necesites cariño.

No pude evitar sonrojarme al escuchar sus palabras. Nos abrazamos por un momento y pude ver como todos los presentes nos miraban. Nos dimos un corto beso al separarnos y después camine al pasillo largo donde me conduciría a la oficina de la señora Filin. Mis dedos temblaban, mi corazón latía con calma y mi respiración seguía lenta. Estaba tranquila pero a la vez un poco asustada, dudaba si esto iba a funcionar, pero no quería rechazar la idea de mi esposo.

Una Parte De Mí | Segunda temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora