Mi Pequeño Sawamura

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Con las voces de Eijun y Kagami de fondo pudo sentir que su corazón se tranquilizaba, aun así tenía un extraño presentimiento, pero trato de no darle importancia. Mientras escuchaba los gritos de afuera

-¡Eijun con cuidado, casi me matas con esa!

-se llama karma hahahaha

Al escuchar aquello Kuroko no pudo evitar soltar una carcajada mientras su atención se desviaba a un álbum de fotos, que antes de irse al partido había estado acomodando. Por supuesto la mayoría eran fotos de Eijun, tenía mucho tiempo que no lo había sacado. Así que se acerco una taza de café y se sentó a contemplar las fotos e inevitablemente comenzó a recordar...

-Ei-chan prométeme que te vas a comportar –el pequeño niños se detuvo provocando que Kuroko también lo hiciera, lo volteo a ver y su hijo tenían el ceño fruncido -¿Qué pasa?

-y ¿si me aburro? –Kuroko se puso a la altura de su pequeño niño

-Kise-kun tiene un hijo un poco más grande que tu, seguro que podrán jugar juntos.

-¡¡aaahh un nuevo amigooo!!

-así es

Los ojos de Eijun se iluminaron y comenzó a correr, haciendo que Kuroko también corriera detrás del inquieto niño. Kise acaba de volver a la ciudad y al primero que había llamado era a su querido amigo Kuroko. Como era de esperarse habían quedado que pasarían la tarde poniéndose al corriente con los más recientes acontecimientos. Por supuesto Kise había estado cuando el nacimiento de Eijun. Había sido un embarazo difícil y temían que alguno de los dos no lo lograra pero al final ambos fueron lo bastante fuertes para sobrevivir tan dura prueba. Por desgracia pocas semanas después Kise y su familia se tuvieron que mudar. De eso ya hacían 4 años y Eijun se podría decir que por fin conocería a su tío Kise.

En cuanto llegaron a la casa, Kise se le arrogo a Kuroko, evitando que respirara. Eijun se había quitado a tiempo y contemplaba con la boca abierta y enormes ojos al extraño rubio que había tacleado a su madre. Al notar el color de su madre decidió intervenir

-¡Oi señor, deje a mi mamá, lo está matando! –el pequeño se había colgado de la pierna del más alto e inflaba las mejillas. Al notar el peso, Kise soltó a Kuroko y dirigió su atención al pequeño que estaba aferrado a su pierna. Eijun detecto el peligro pero no fue capaz de huir. Kise lo levanto y comenzó a restregar su mejilla contra la del menor que se retorcía para escapar de aquella persona

-¡Ei-chan no lo puedo creer! ¡Estas enorme! Por suerte no te pareces a tu padre sería una pena ¡ooh pero si eres una cosa adorable!

-¡¡aaahhh mamaaaá salvameeee!!

-Kise-kun asustas a Ei-chan

Kise dejo al pequeño cuando sintió que alguien jalaba suavemente de su playera, Kuroko y Eijun dirigieron la mirada hacia esa dirección. Encontrando a un pequeño de 6 años completamente serio y mirada dorada que veía a Kise. Eijun y Kuroko pasaron la mirada de uno a otro hasta que Kise abrazo al pequeño

-¡Tetsuuuu!

-mami, se llama igual que tu

-lo sé cariño, así que este es Yuuki-chan. También has crecido mucho –aun con Kise abrazándolo el pequeño asintió con la cara –Kise creo que también lo estas asfixiando

-¿eehh? ¡aahh! lo siento cariño –por fin lo soltó –¡pero que grosero soy, pasen!

Los cuatro entraron a la casa y mientras lo hacían, Eijun le susurraba al oído a su madre

-tienes amigos muy extraños mami

-sshh prometiste comportarte, y si, lo sé

Una vez en la sala, Kuroko bajo a su hijo y este se dirigió inmediatamente a las fotos. Casi no alcanzaba pero no tardo en reconocer a su madre y a su padre en algunas de ellas. Kise entro en la sala con una jarra de agua y le toco esta vez a él sobre saltarse

-¡eres uno de esos! –el pequeño lo señalaba con sus pequeños dedos

-¿¿eeehhh??

-Eijun, deja de señalar

-pero él es igual a papá, les gusta ese juego súper peligroso -Kise levanto una ceja buscando respuestas en Kuroko, que le dedicaba una mirada severa a su hijo. El cual seguÍa apuntando con su dedo.

-¿hablas del basket?? Hahahaha pero si no tiene nada de peligroso

-¡eeehhh! eso es falso, papá casi me aplasta con la cosa esa

-Eijun, se llama pelota y tu padre no hizo tal cosa

Kagami en lugar de contarle cuentos para dormir le narraba sus partidos, cosas que terminaban durmiendo a Eijun, mas que nada por el aburrimiento. Sabía que las fotos de la casa eran de los amigos de sus papás que también jugaban ese juego. Tenía por almohada un cojín con forma de balón de basket. Aun así, el niño no mostraba el mas mínimo interés. Sin embargo la última esperanza murió, cuando limpiando uno de los closets a Kagami se le resbalo un balón que tenía guardado en la parte alta del mueble y no se dio cuenta que Eijun curioseaba entre las cosas del piso. Gracias a sus reflejos logro desviar la pelota pero aun así esta cayo a escasos centímetros del menor y Eijun siendo Eijun exagero las cosas.

Kise se partía de la risa con lo que Kuroko le explicaba

-¡no lo puedo creer! Definitivamente no deja de ser Bakagami hahahahaha –Eijun fruncía el ceño pero ya no lo apuntaba y bebía de la limonada que Kise le había servido –Ei-chan te aseguro que no tengo balones de basket que te puedan atacar y por cierto creo que no te he dicho mi nombre soy tu Tío Kise –el niño dejo su vaso de agua y esta vez fue el quien se abalanzo sobre el rubio para darle un abrazo

-¡tio Kise! -Kuroko sonrió ante lo tierno de la escena, su pequeño nunca lo aburría

Con el permiso de su madre, Eijun salió al jardín donde encontró a Yuuki con dos objetos que en su vida había visto. Parpadeo y observo con atención

-¿Qué haces? ¿y qué es eso? –Yuuki era un niño serio pero a Eijun no le daba miedo, al contrario le daba curiosidad y se le hacía agradable. Eso y que era extremadamente sociable, era capaz de ponerse a platicar hasta con los gatos de sus vecinos

-este es un bate, que sirve para golpear esta pelota- Yuuki deposito en las pequeñas manos de Eijun la pelota, el cual parecía demasiado concentrado, Yuuki inclino ligeramente la cabeza ante la expresión del menor

-¿pasa algo?

-mmm no, ya lo decidí, esta pelota no es peligrosa como la de papá –Yuuki no entendía a lo que se refería pero no le dio tanta importancia

Después de eso, Yuuki se dedico a contestar las preguntas del pequeño y a enseñarle como se jugaba con aquellos dos objetos

-y ¿cómo se llama el juego?

-es beisbol Ei-chan –los ojos del menor brillaron de la emoción y con lo poco o mucho que le había explicado el otro niño, la curiosidad de Eijun despertó completamente.

Cuando Kagami llego a casa después del trabajo fue recibido por su hijo, al cual cargo

-¿cómo estuvo tu día Ei-chan? ¿Ya conociste a tu tío Kise?

-aja... papi quiero jugar beisbol...

De Basket a ¿Beisball?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora