Mi pequeño Kuramochi

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Después de comer, Kuramochi anuncio que saldría a buscar a Miyuki. Antes de que pudieran protestar, el campo corto ya había abandonado la casa haciendo gala de su velocidad, ambos padres suspiraron

-nunca se puede quedar quieto –ante tal pensamiento Riko sonrió

-acabas de darte cuenta que tu You-chan ha crecido – Riko volteo a ver a su marido que recogía los platos y le hablaba de manera seria

-ciertamente ya no es el mismo niño problema, entrar en Seido resulto ser lo mejor para él. Pero verlo salir así de la casa solo me hizo recordar...

-¡aaahh!

Hyuuga también comenzó a recordar...

Ambos padres entraron a la oficina del director, su pequeño estaba sentado ante el escritorio con el ceño fruncido y una mejilla morada. Al instante Riko corrió a abrazar a su niño mientras que Hyuuga cuestionaba al director con la mirada

-Kuramochi volvió a pelearse, me temo que esta es la última que podemos tolerar. No creo que sea un mal niño pero simplemente no parece poder contenerse. Tal vez un deporte podría ayudarlo

Riko estaba a punto de protestar pero se detuvo ante la mirada de Hyuuga, cargo con gentileza a su pequeño y salió del lugar sin darle siquiera una mirada al maestro que acaba de expulsar a su hijo. Hyuuga se limito a hacer una leve reverencia antes de salir. Cuando alcanzo a su familia se dio cuenta que Youichi lloraba mientras apretaba los puños y le explicaba a su madre lo que había pasado.

-...ellos tuvieron la culpa, le dije que lo dejaran en paz pero no me hicieron caso mamá, aun así molestaron a Nori-chan. Yo no podía dejarlos y pues les hice una de las llaves que tú me enseñaste –Riko se puso roja mientras Hyuuga enarcaba una ceja.

-pero no hacía falta que fueras tan lejos Youichi. Está bien que quisieras defender a tu amigo pero golpearlos no era la solución y supongo que eran más de uno.

-así... -el niño levanto tres dedos para que sus padres entendieran. Los dos suspiraron, no había remedio, tenían que buscar una nueva escuela y algo en que ocupar a su pequeño.

Dos días después del incidente, Kuramochi caminaba de la mano de su padre, había salido a traer algo de la tienda mientras Riko trabaja en un plan de entrenamiento. Los dos iban bastante ocupados disfrutando de sus paletas cuando el ruido de un bate golpeando una pelota, llamo la atención de Youichi, que se quedo parado observando el campo de juego a lado del rio. Hiuuga noto que su hijo no avanzaba y lo observo con el ceño fruncido

-papá eso... papá quiero jugar eso-los ojos de su hijo brillaban de la emoción

Cuando llegaron a casa notaron un par de zapatos, una voz masculina les dio la respuesta a los dos recién llegados

-¿lo expulsaron? ¿A mi nieto? ¿Pero quienes se creen que son?

-papá, era la cuarta vez que peleaba, la escuela no estaba dispuesta a tolerar ese tipo de conflictos

-y ¿cuál es el plan?

-ya encontré una nueva escuela, Kuroko me la recomendó, si tan solo pudiéramos estar en la ciudad con ellos, lo metería en la escuela donde él trabaja.

-bueno, el chico tiene mano para los niños

-si supongo, sobre todo si consideras que Ei-chan es todo un reto. Pero me estoy desviando, lo otro es encontrarle una actividad

-por eso no te preocupes

En ese momento Kuramochi irrumpió en la oficina, abalanzándose hacia su abuelo, el cual lo atrapo en el acto y lo cargo.

-¡abuuuelo! ¿qué haces aquí?

-pues vine porque me dijeron que te metiste en problemas. Pero eso no importa, estás listo para adentrarte en el maravilloso mundo del basket, eres mi nieto y tu padre no es tan malo. Yo creo que serás toda una estrella

-¿qué dices abuelo? No quiero basket, quiero jugar aahhh mmmm, ¿papá como dijiste que se llama? –Hyuuga trataba de contener la risa cuando su hijo volteo a verlo, aun en los brazos de su abuelo que se había quedado en shock

-beisbol, You-chan

-¡aaahhh si! eso

-¿beisbol? ¿De dónde se te ocurrió esa idea cariño? –Riko le sonreía a su hijo mientras golpeaba a su padre – ¡papá! ¡Por favor! ¡No es para tanto!

-mmm lo vimos mientras veníamos de la tienda –esta vez le dirigió una mirada a su marido pidiendo una explicación

-tal como lo dijo.

Kuramochi resulto ser bueno para el beisbol y aunque todos lo reconocían en ese ámbito, no dejaba de meterse en problemas, gracias a su comportamiento inquieto y su tendencia a solucionar todo con golpes. No terminaba de adaptarse y aunque tenía buenos amigos, ante los ojos de su madre no terminaba de encajar. Cuando por fin se mudaron a Tokio sintió que tal vez Youichi por fin encontraría su lugar. Eran vecinos con Kiyoshi y ellos tenían un niño de la misma edad del suyo y que además, también jugaba beisbol. No iban a la misma escuela pero pasaban tiempo juntos jugando el deporte que les apasionaba. Por desgracia Miyuki no era precisamente lo que se puede llamar un niño modelo y en eso se complementaban ambos niños.

Aun así, Riko era optimista con respecto al comportamiento de su hijo. El cual acababa de llegar de la escuela. Pero ese optimismo se desvaneció en el momento en que lo vio entrar a la cocina.

-pero ¿qué hiciste?

Eso tenía que ser algún tipo de maldición o algo por el estilo, Kuramochi había decidido hacerse un cambio de look, uno que le resultaba demasiado familiar a Riko. Justo en ese momento también Hyuuga llegaba del trabajo y en cuanto vio el cabello teñido de su hijo, supo que algo malo estaba a punto de ocurrir y no se equivoco. Riko se abalanzó sobre él y le hizo una llave, de esas que tanto le encantaba, Youichi se moría de la risa y Hyuuga solo pedía que se detuviera.

-esto es todo tu culpa ¿Lo estás viendo? Se tiño el cabello de rubio ¿te suena familiar? Esto no puede ser karma, no creo haber hecho algo tan malo, como para esto –Kuramochi se doblaba de la risa –y deja de reír jovencito, que tu y yo tendremos una larga conversación –el aludido callo en el acto al ver la mirada de su madre pero no desperdicio la oportunidad

-entonces regreso cuando hayas terminado con papá

Salió corriendo para ir a jugar con Miyuki. El cual actuó como su karma. En el instante en el que lo vio, Kazuya comenzó a reír a rienda suelta, sosteniéndose el estomago.

-pero ¿quién te arruino? No es como que estuvieras muy bien antes pero acabas de terminar de hacerla hahahah me duele... hahahah mi estomago... –Youichi frunció los labios antes de murmurar

-¡cállate! –pero en ese instante noto los curitas y algunos moretones –tú no tienes tampoco un buen aspecto

-¡¿aaahh?!

-¿te volvieron a golpear?

-¡aahh eso! si bueno, no me quede callado

-como siempre, ¿quieres que les de su merecido? –Kuramochi golpeo su puño contra su palma

-naah, si no les hago caso terminaran por alejarse –Kuramochi se encogió de hombro

-mmm si tu lo dices, ¿jugamos un rato? Que me espera un buen regaño...

La risa de hiena de Kuramochi saco de sus recuerdos tanto a Hyuuga como a Riko y ambos se sonrieron. Hacía tiempo que no escuchaba ese risa irrumpir desde la calle...

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