El viaje de regreso era silencioso, eso no sorprendió a Himuro, en condiciones normales también lo era. Cada tanto volteaba a ver al menor pero este solo permanecía en la misma posición, callado y con la mirada perdida en el camino. Como a mitad del recorrido volvió a voltear para encontrarlo recostado y dormido. Dejo escapar un suspiro y Murasakibara lo miro de reojo.
-¿crees que se encuentre bien? No ha llorado como el resto, incluso Ryo estaba hecho un mar de lágrimas,
-bueno, Furuya nunca ha sido precisamente muy expresivo.
-bueno en eso tienes razón, su semblante por lo regular no muestra lo que siente. Pero si no ha terminado de asimilar lo que paso, entonces esa si va a ser una situación algo complicada
-mmmm tal vez
El resto del camino siguió igual de silencioso, al llegar a casa aun seguía dormido Furuya. Cuando Himuro lo despertó, Satoru parecía un poco desorientado, parpadeo algunas veces antes de reconocer su hogar. Realmente estaba igual que como cuando se había ido, si lo pensaba había estado fuera muy poco tiempo, no podía cambiar mucho. Sobre todo porque a Himuro y a Murasakibara les gustaba la forma en la que tenían su casa y no eran muy adeptos a hacer cambios.
Como siempre en la mesita de la entrada había un tazón de dulces, distraídamente Furuya tomo uno mientras se encaminaba hacia su cuarto con su mochila. Himuro le había prometido a su hijo que Atsushi le prepararía un rico postre y para eso necesitaba algo de tiempo.
-¿por qué no te tomas un baño y sacas tus cosas para meterlas a la lavar? Así estarán lista para cuando tengas que volver al colegio
Furuya asintió con la cabeza y se dirigió a su habitación arrastrando su maleta. Al parecer estaba resultando más difícil para Tatsuya que para su hijo, le era extraño estar teniendo una conversación de lo más normal después de que había perdido estando tan cerca de llegar a los nacionales. Imaginaba que esa actitud era una de las cosas que había heredado de Atsushi.
Cuando entro a la cocina, Atsushi ya estaba trabajando, aquello era lo único en lo que su rostro de flojera cambiaba por uno de completa concentración. Tatsuya se dejo caer en uno de los bancos altos de la cocina y recargo los codos sobre la mesa, tomo un trozo de chocolate de la mesa y lo probo con aire ausente.
-esto es tan extraño, es como una conversación normal que tendríamos cualquier día de la semana. No termino de entenderlo, puede que su expresión no sea tan obvia pero no puedo saber cómo manejar las cosas si ni siquiera se ha que grado le ha afectado esto
-yo creo que sabes la respuesta, es solo que te dejaste llevar por lo que los otros estaban demostrando
Himuro guardo silencio mientras veía a su compañero cocinar. Había veces que decía cosas que valían la pena y esa, solo era señal de que también le preocupaba Furuya. Analizando las cosas comprendió que no era que Furuya no le importara haber perdido, si no que desde un principio ir a Koshien no había sido precisamente ni su meta ni su sueño. Su hijo se había contagiado del impulso de los más grandes pero a él en realidad solo le interesaba una cosa y esa era estar todo el tiempo en el montículo; ni siquiera se trataba de ser la estrella del equipo. Su Saturo era tan simple como su padre, solo quería lanzar y que hubiera alguien que pudiera atrapar para él.
Furuya había hecho tal como su mamá le había dicho, se movía en automático. En su mente solo se seguía repitiendo la misma escena; el momento en el que Inashiro festejaba su triunfo, no le había agradado para nada perder pero sobretodo detestaba que lo hubieran bajado del montículo. Si algo le molestaba era la facilidad con la que lo habían cambiado y que Eijun le pisaba los talones, después del partido de ese día le quedaba claro que el zurdo podía quitarle el montículo si seguía creciendo de esa manera y ese era el sentimiento que le molestaba. La idea de ser perseguido y de haber presenciado la participación de un verdadero dueño del montículo. Por un lado estaba Eijun y por otro estaba Mei.
El olor a chocolate llegó hasta su habitación sacándolo de sus pensamientos, los brownies seguramente ya estaban listos. Cuando entró a la cocina no se había equivocado, el platón con brownies se encontraba en el centro de la barra donde sus padres lo esperaban para poder comerlos juntos. Su estomago gruño, eso era lo que más había extrañado mientras se quedaba en Seido, los legendarios brownies de su papá.
Cuando estuvo en la barra y ya comía uno de sus postres, Himuro le acaricio la cabeza y analizó a su hijo
-Furuya ¿cómo te sientes? ¿Qué has pensado de lo que paso? -Satoru se paso su bocado y paso la mirada de su madre a su padre y de regreso mientras pensaba en que contestar
-solo sé que no quiero volver a experimentar ese sentimiento... -sus padres esperaron a que siguiera -ver como alguien más ocupa el montículo, no quiero volver a ceder ese lugar y menos contemplar como otros celebran, no quiero volver a perder contra esos dos pitcher
-¿dos pitcher?
-si, dos; Narumiya que nunca dejo el montículo y Eijun que no deja de intentar aferrarse a ese puesto.
Escuchar aquellas palabras, no solo tranquilizaron a Tatsuya también tuvieron efecto en Atsushi, su hijo no deja de ser una persona simple con una sola idea metida en la cabeza. Su Furuya solo deseaba apoderarse del montículo y no soltárselo a nadie. Por la mirada que les dedicaba estaba claro que lucharía a capa y espada por conservarlo en el momento que lo obtuviera.
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De Basket a ¿Beisball?
Fanfiction¿Qué pasaría si los hijos de las super estrellas del Basket eligieran otro deporte?