Ella es mia

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Milán. Mi amigo desde siempre. Al que le confiaria la vida y estoy seguro que el me confiaria la suya. Solo habia un problema.

Sophia era su tipo de chica. Nos conociamos desde siempre y yo sabia que el no le quitaria los ojos de encima a ella.

Tenia que dejarle claro que ella era mia. Solo mia, y que no estaba dispuesto a compartirla. Esta vez no intentaria ser sutil.

-Milán, ella es Sophia- dije dandole un brusco y repentino beso a ella, lo que provoco que se apartara rapidamente de mi mirandome extrañada- Solo habla español.

-Hola Sophia, eres realmente preciosa- le tomo la mano y le dio un beso como un principe o un noble señor de pelicula- Una vuelta por favor- dijo mientras la giraba sobre su eje lentamente y aprovechaba el momento de mirarle el trasero- Que lindos ojos- Esa era nuestra frase clave para " Que trasero mas enorme, dejame admirarlo mas de cerca". Digamos que en el pasado, yo no habia sido precisamente un santo. No era raro vernos a Milán y a mi en fiestas masivas coquteandoles a mil chicas a la vez. Cada vez que Andres nos descubria, nos daba el mismo sermon, nunca lo entendi, que estupides estar solo con una persona, hasta que conoci a Sophia, en ese momento me di cuenta que solo queria estar con ella.

-Te parece si nos tomamos un helado?- Esa era la frase para: "Te quiero llevar a conocer mi cama". Ahora si me estaba enojando, ya estaba muy celoso y no pude contenerme.

-Maldito, ella es mia. Fueron las palabras que salieron de mi boca mientras lo golpeaba hasta que cayo al suelo. Me di la vuelta para irme con Sophia, me arrepiento de eso, obviamente el aprovecho el momento en el que le di la espalda, se defendio y comenzo a golpearme hasta dejarme a mi en el suelo para seguirme pateando la cabeza y el estomago.

-Jean Lucca, no me dejes, ya llame una ambulancia, te pondras bien, lo prometo...

-Hare lo que pueda hermosa..

Fue lo ultimo que escuche antes de quedar inconciente, sus ojos que derramaban lagrimas fue lo ultimo que vi, su aroma a vainilla lo ultimo que mi nariz percibio, ella fue lo ultimo, antes de perder la conciencia.

(narra Sophia)

No podia creer lo que pasaba, se estaban peliando, siempre pense y dije para mis adentros, el dia que dos chicos se peleen frente a mi, me pondre en medio y los detendre yo misma, pero cuando llega el momento, la hora de hacer algo, quedas en shock y no sabes que hacer, como reaccionar, que decir, hasta que es tarde. Cuando logre asimilar lo que estaba pasando, Jean Lucca ya estaba en el piso, apenas se movia, tenia la cara con sangre, sus hermosos ojos pardos entrecerrados y  Milán lo seguia pateando, no paraba, estaba como un animal salvaje, rabioso, hasta que llego un policia y lo esposo.

Llame desesperada una ambulancia, estaremos ahi en 10 minutos fue su respuesta.

Jean Lucca estaba mal, sangraba por la nariz y un hilo de sangre salia de su boca, estaba apunto de perder la conciencia.

-Jean Lucca, no me dejes, ya llame una ambulancia, te pondras bien, lo prometo...

-Hare lo que pueda hermosa..

En ese momento, cerro sus ojos pardos, su respiracion se volvio aun mas lenta, ya no respondia cuando le hablaba, temi lo peor.

Llego la ambulancia. Y me subieron con Jean Lucca en la parte trasera. Habia sido solo una pelea, lo hubiera llevado a casa y lo hubiera cuidado yo, pero el perdio la conciencia y eso me preocupaba demasiado.

Amor a 1000 km (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora