Capítulo 1

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Me desperté de aquel horrible sueño llevándome una de mis manos a la frente, suspiré mirando a la ventana y miré la claridad de la luz que entraba. Alan ya no está. Sonreí al mirar mi nueva manicura y recordar hasta que hora estuve eligiendo el color.

-Galatea -Dijo mi madre al otro lado de la puerta -Arréglate que tienes instituto -.

Suspiré y me levanté completamente desnuda de la cama para recoger las bragas y la camiseta que había tirado mi compañero. Me vestí mientras él aún seguía durmiendo en mi cama. Se veía bastante mono durmiendo. Me acerqué a él y le sacudí el brazo para hacerlo despertar. Al abrir aquellos ojos verdes pude ver que estaba bastante cansado. Esperé a que se vistiera, con la ropa que se quitó la noche anterior, para ponerme a su lado. Pude escuchar una pequeña risa proveniente de su boca a lo que yo le pisé el pie por aquella pequeña burla hacia mi altura. Salimos de la habitación para dirigirnos al comedor, encontrándonos con dos boles de cereales. Sabía cual era el mío por la textura de la leche.

-Tomaros el desayuno rápido porque mi marido va estar a punto de llegar -Avisó mi madre preocupada -.

Nosotros asentimos con la cabeza. Roberto se acabó el bol en seguida, mientras que yo seguía con el desayuno por más de la mitad. No pude acabarlo, era demasiado pesado para la primera hora de la mañana.

-Te espero en el portal -Me anunció cuando iba a mi cuarto -.

-Vale, cojo la mochila y bajo -.

Él salió de casa, mientras que, yo, cogía la mochila y me la preparaba. En aquel momento me arrepentí de no haberla preparado la noche anterior. Salí de casa y pasé de largo el ascensor para empezar a bajar por las escaleras. Cuando abrí el portal, me lo vi montado en su moto. Me acerqué a él y me monté detrás.

-Te dejo en el instituto y me largo que no me has dejado casi ni dormir -Se burló de una forma muy pícara -.

Suspiré y me cogí a él. En pocos minutos llegamos al recinto. Fue un alivio, para mí, que nadie me hubiese visto sin el casco y más cuando debía pagar una multa de tráfico.
Como él me había dicho, se fue nada más bajarme de la moto.

-Te mato -Gritó Rebeka bastante molesta, haciendo que todo el mundo nos mirara -.

Me acerqué a ella con los ojos en blanco.

-Te he avisado por mensaje que hay un tío, que está más bueno que el pan, y no me contestas -Seguía molesta -.

-Ya lo veré -Intenté que dejase de atosigarme -.

Entramos dentro del recinto y nos dirigimos a nuestra aula correspondiente. Las dos suspiramos al acabar de subir las escaleras y entramos al aula. Filosofía no es que lo entendiésemos pero, por lo menos, contaba para la nota de corte. Ella se sentó al final de la clase, mientras que yo fui a mi pupitre correspondiente. Saqué el teléfono hasta que sonase la sirena. Me vi los mensajes del grupo de mi curso y los de mis amigos. Suspiré y guardé el móvil dentro de mi pequeño bolsillo de la mochila y alcé mi mirada al profesor... "¿Quién coño es este tío?". Le toqué el hombro a mi compañero de al lado, a lo que él se giró mirándome con una bonita sonrisa.

-¿Sabes quién es él? -Dije señalando al hombre que estaba en el asiento del profesor -.

Cuando mi compañero de pelo rubio abrió la boca para hablar, Rubén, mi amigo, se apoyó en su pupitre para interrumpirlo.

Sí, eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora