-Bien, Galatea... -Acabó de apuntar unas notas en su libreta -Hemos acabado la sesión de esta semana. Acuérdate, todo lo malo que te pase, escríbelo para la semana que viene -Dijo el doctor Mairlen levantándose para abrirme la puerta-.
Al salir de la consulta saqué el teléfono y me dispuse a caminar mirando las redes sociales. Algo, mejor dicho, alguien, hizo que me chocase con él. Nuestros móviles salieron disparados mientras nosotros caíamos al suelo.
-Perdón, no miraba por donde iba -Escuché una voz masculina -.
-Tranquilo, ya somos dos -Reí -.
Él se levantó primero y se acercó a mí para ayudarme. Le agradecí con una sonrisa. Recogí mi móvil y me aseguré de que no tenía ninguna parte rota. Habían veces, que pensaba que ese teléfono estaba hecho de cemento.
-Oh, no -Escuché al chico hablar horrorizado -James me va a matar -Habló con nerviosismo -.
A lo mejor era cosa mía, pero muchos James no conocía yo aparte de él.
-¿Alex? -Pregunté llamando la atención del muchacho castaño-.
Él asintió a punto de llorar. Su teléfono estaba hecho un cristo.
-No llores -Me acerqué a él -En mi barrio te lo pueden reparar muy baratamente -Intenté calmarlo -.
-Es que era nuevo de ayer -Lloró desesperado -.
Intenté no reírme. Hacía mucho tiempo que no sabíamos el uno del otro, pero seguía siendo igual de torpe que de niño.
-Mi hermano me va a arrancar la cabeza -Confesó aterrorizado -.
-Mira, hablaré con James y asumiré toda la responsabilidad -Solté sin pensar -.
El castaño me observó con los ojos abiertos como platos y la boca abierta para después cerrarla.
-Pero no te conozco -Sorbió por la nariz -.
-Claro que me conoces -Sonreí -Soy Galatea -Confesé con el ego por las nubes -.
-No me jodas -Se abalanzó abrazándome -¿Qué haces aquí? -Preguntó sorprendido olvidando por completo su problema con el móvil-.
-Terrores nocturnos -Confesé sin darle mucha importancia -¿Y tú? -.
-Ansiedad -Sonrió -Debo de hablar un momento con el doctor para que me renueve la medicación -Me informó -Si quieres podemos ir a tomar algo y nos ponemos al día -Parecía feliz -.
Yo asentí sonriendo. Él era el único hombre en el mundo, aparte de Rubén, capaz de hacerme feliz. Me volvió a abrazar y se dirigió a la consulta. Guardé el teléfono en mi bolsillo trasero y me apoyé en la pared esperándolo. A los pocos minutos salió con los ojos rojos y las mejillas mojadas. Había llorado, pero se acercó a mí con una sonrisa en la cara.
-Ya está, mañana las tengo que recoger -Me avisó con total tranquilidad -.
Asentí sonriendo. Salimos de allí y empezamos a caminar buscando algún bar.
-Bueno, dime, ¿novio? ¿novia? ¿casi algo? -Empezó a interrogarme -.
-A ver -Me reí -Desde hace tres años que estoy soltera y no quiero nada con nadie -Confesé no muy convencida de aquello -.
-Pero, sigues virgen, ¿verdad? -Estaba asustado -.
-Chan chan chan -Hice énfasis para que hubiese más misterio -No, la perdí con el único novió que he tenido y de eso ya hace cuatro años largos -Reí -Explícame eso del móvil con tu hermano -Puse el modo cotilleó -.
ESTÁS LEYENDO
Sí, eres tú
Novela JuvenilLo odiaba muchísimo. Nos odiábamos. No quería verlo ni en pintura. Él no podía ni nombrarme sin sentir asco. Aún hay una pequeña parte de mí que nunca lo perdonará. Y una gran parte de él que jamás se perdonará. Cuando ya no me acordaba de su exist...