Capítulo 14

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"Llego tarde" "Llego tarde" "Llego tarde" Llegaba tarde al examen más importante, el B2 de inglés. Me repetía una y otra vez que no debería haberme quedado hasta tarde hablando con James por llamada. Vi a lo lejos a la conserje como iba a cerrar la puerta a la entrada del instituto.

-¡NO LA CIERRES! -Grité sofocada -.

La conserje me miró asustada y se quedó parada mientras veía como corría para llegar a la puerta. A los pocos segundos, de llegar, empecé a coger aire con fuerza y mientras, me recuperaba de la carrera que me había acabado de hacer. La conserje me miró preocupada y pestañeó rápidamente observando mis pintas. No, ese día no llevaba ni una putísima gota de maquillaje. Hice contacto visual con la mujer y pude notar como estaba seria. Le mostré una sonrisa medio torcida de modo de disculpa.

-Estás no son horas de llegar y menos aún teniendo un examen -Empezó a regañarme mientras me ayudaba a quitarme la mochila -.

-Luisa -La miré mientras abría la mochila -Tranquila que este examen -Hice una breve pausa -Me va a salir perfectísimo -Sonreí -.

Ella miró hacia la puerta de la sala donde se hacía el examen y después desvió la mirada hacia mí.

-Entra ya -Me ordenó seriamente -.

Cogí un bolígrafo del estuche y me empecé a dirigir a la aula. Antes de entrar golpeé suavemente la puerta con mis nudillos y la abrí. Entré a la sala y todos los que estaban empezando la prueba se giraron de repente dejando de prestarle atención al papel que había que rellenar. Sonreí y me dirigí hacia el pupitre vacío. El profesor de inglés me acuchilló con la mirada. Por mi parte solo podía no querer morir de vergüenza. Puse el bolígrafo encima de la mesa y empecé a rellenar el papel.
Me podía salir perfecto... sino fuera por que estuve todo el examen pensando en el imbécil de James y no en las cuatro últimas respuestas que me faltaban. Leí las preguntas y realmente era como leer chino. Nunca me había pasado esto en un examen y menos aún de inglés. "CONCENTRATE". Alcé un poco la cabeza para fijarme en la hora que marcaba el reloj.

-Os queda un cuarto de hora -Anunció el profesor -.

Mi vida no podía ir peor en ese momento. La pierna me empezaba a temblar y eso solo significaba una cosa: iba a llorar. Y, ¿cómo no? Lloré. De mis ojos empezaron a caer lágrimas haciendo que acabaran en el papel. No podía hacer nada más. No me concentraba y encima mi cabeza no estaba en el examen. Me levanté del pupitre y cogí el examen, por acabar, para dirigirme al profesor. Junté mis labios mirándolo y le entregué el papel. Volví a dirigirme al asiento y recogí el bolígrafo, que había utilizado. Sorbí por la nariz y me limpié las lágrimas mientras salía del aula. Vi mi mochila en una esquina del hall y la recogí. Suspiré y decidí entrar a los baños hasta que empezara la siguiente clase. Dejé la mochila en el lavamanos, de mármol, y me senté en el suelo de piernas cruzadas. Suspiré de nuevo en el día y todo mi cuerpo empezó a temblar. "Tonta." Eso es lo que era. Un examen que valía la pena hacerlo bien por mi futuro y lo dejaba incompleto. Y lo peor de todo es que mi día no había ni acabado. En el baño me hinché a llorar mientras mi cabecita me repetía una y otra vez que había desperdiciado una oportunidad de oro. A los diez minutos sonó la sirena para el cambio de clases. Me levanté del frío suelo y me acerqué al grifo para lavarme la cara. Y la suerte ese día no estaba de mi parte. La presión que echaba el grifo hizo que la parte de abajo de mi mochila se mojara. Mi vida, ese día, era perfecta. (Que se note el sarcasmo.) Cogí la mochila con rapidez para que no se mojara del todo y salí del baño colgando, de mi hombro derecho, la mochila goteando agua. A mi cabeza vino un flashback. Era de aquel día que James tiró mi mochila a la fuente. Sacudí la cabeza quitando ese recuerdo de mí. Me dirigí a las escaleras del bloque D y subí hasta el tercer piso. A quien menos quería ver ese día era a James y, menos aún, con los ojos hinchados y la nariz roja como un tomate, como los tenía. Caminé hasta el final del pasillo encontrándome a todos mis compañeros esperando al profesor. Vi a mis dos mejores amigas y me acerqué a ellas.

Sí, eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora