Capítulo 6

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Estoy confundido, justo ahora no se que puedo pensar para tener mi mente en claro, primero, la veo y no me salen las palabras, luego la tengo a solas conmigo y me rebela cosas que no puedo creer, para concluir se va y me dice de ultimo la palabra Acuerdo. 

Sinceramente no es la misma Samira que conocí. 

Pero me sigue gustando de todos modos. 

Ahora bien, he llegado al hotel ya que mi salida la que creí que seria larga solo fue por unos minutos. Abigail esta en nuestro cuarto quizás dormida, no lo se. Al llegar a la habitación trato de no hacer ningún ruido para no despertarla pero fue inútil. 

— ¿Volviste rápido, Sebas?

Se despertó, no traía ropa interior y solo tenia una bata fina la cual dejaba ver su elegante figura bien trabajada. 

— Resulta que solo fui para fijar el día, sabes como son los negocios, nena.

Me acerqué a la cama y la halé hacía mí, comencé a juguetear con ella.

— Abigail, no tengo como pagarte todo lo que haz hecho por mi.

— No me debes nada, estoy aquí porque quiero.

Es la única que a pesar de todo no me juzga por como soy ni de donde vengo.

— Mañana te llevaré a un lugar especial, Abi.

— ¿Lejos?

— Un poco.

— Recuérdame comer antes de todo, no quiero morir de hambre por tus salidas extravagantes.

— ¿Dirás que no te gustan?

Ella sonríe.

Me senté a su lado, la cubrí con la sabana.

— ¿Qué dijo tu madre, Abi?

— Dijo que te dijera que aún le caes mal.

— Nada nuevo.

Su madre fue muy clara conmigo, dijo que Abigail era la más pequeña de sus hijas y que no la quiere ver sufrir por ningún hombre, me tomó de la mano y me enseñó su álbum familiar, dijo que cada generación de ellas siempre terminaba como en los cuentos de niños, con un felices para siempre.

Claramente le dije que para mi Abigail era una mujer valiosa, una chica increíble, pero no creo que el felices para siempre llegará tan rápido, la quiero pero no se que es en realidad lo que siento por ella. 

A veces digo que ella esta cubriendo el lugar de Samira pero otras veces me digo que ese lugar nadie puede ocuparlo. 

— Sebástian. — Se sentó en mis piernas. — ¿Cuánto duraremos aquí?

— ¿No te gusta el lugar?

— Me encanta, solo digo que tienes trabajo y yo aun tengo universidad.

— Yo soy el jefe, trabajo solo si quiero, y con lo de tu universidad, tranquila sabes que no faltaras.

— Gracias a Dios. — Suspiró.

Aun tenía la silueta de Samira alterando mi mente, cerraba los ojos y ella estaba hay, la extrañaba tanto. Su risa, su mirada, su pelo, su hermoso y delicado cuerpo, la forma en que me miraba y mordía sus labios.  Extraño esa sonrisa que  veía cada mañana, extraño esa mirada coqueta que me decía te quiero y te amo. 

A decir verdad, aun la amo con locura. Extraño lo mucho que yo sonreía al estar con ella, extraño mucho todo lo que sentía a su lado.  

A veces  estaba solo en el club y sonreía sin motivo alguno por un recuerdo de nosotros eso me hacia recordar que la extrañaba a pesar de que en algún momento la odie. Momentos que viví con ella están muy dentro de mi memoria y mi corazón, y mirar aquel lugar en el que nos veíamos  siempre me causa dolor por que sabia que por mi culpa ella se fue. 

Acuerdos [Vol 3] [Trilogía relaciones Tóxicas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora