Capítulo 24

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De una sola envestida la penetre completamente,  ella gritó fuertemente apretando sus manos y cerrando los ojos con fuerza,  su estrecha feminidad era deliciosa. 

Lentamente comencé a moverme sin lastimarla, saliendo y entrando con delicadeza,  sus gemidos eran suaves,  mis empujes lentos pero hasta el fondo.  No quería lastimarla pero quería subir de ritmo en mis envestidas. 

— No quiero lastimarte,  mi amor. 

— Descuida, he esperado tres años por ti, hazme tuya. 

"Hazme tuya" Fueron las únicas palabra que escuché. 

Aceleré a un más mis estoque,  mientras que unas de sus manos me lastimada la espalda,  mis manos la presionaban más hacía mi,  mientras ella gritaba y gemía sin parar yo disfrutaba de su cuerpo,  de ella,  del momento, mordí sus labios unas diez veces y ya estaban hinchados, era sexy.  Luego de unas embestidas con fuerza pare el ritmo,  ella acariciaba con ternura mi espalda aruñada, dolía pero no importaba. 

— Tienes marcas.  — Dijo.  — No he sido yo. 

— No preguntes. 

Sus mejillas se tiñeron de rojo sangre fuerte,  su respiración se fue entrecortado y haciendo cada vez más pesada, estaba apunto de llegar,  entonces la penetré con fuerza y ambos gemimos,  continúe hasta saciarme de su cuerpo y disfrutar cada momento. 

Sentía como su interior se contraía, yo igual la acompañe.  Agotados suspiramos, ella se dejó caer sobre mí abrazándome,  y en un susurro habló:

— Fue increíble. — Me dijo con una risa chillona. 

— Te puedo confesar que te tenido sexo desde siempre,  pero la única mujer que me provoca estos deseos eres tú. 

— ¿Lo juras? 

— Lo juro, jamás he extrañado tanto estar con una mujer como lo he hecho contigo, aún con tu falta de experiencia en el principio yo...

— Mejor no sigas.

— De igual forma te amo,  no puedo estar sin ti y si te vas de mi vida otra vez no se que haría. 

— No me iré.  — Me besó.  — No volveré ha hacerlo.

— Promételo. 

— Te lo prometo,  no me apartare de tu lado pase lo que pase. 

Los minutos pasaron convirtiéndose en horas, Samira cerró los ojos y quedó dormida.  Subí a su cuarto para buscar una manta para cubrirla,  no sabía cual era su cuarto pero lo encontraría de alguna forma. 

Busqué en el primer cuarto que vi y este estaba vacío,  el siguiente parecía ser de Logan ya que vi trajes y maletines,  el que le seguía era el de Amelia. 

"No entre,  no debes" — Decía mi Subconsciente. 

De igual forma no hice caso,  entré de todos modos.  No tocaría nada, lo que llamó mi atención fue una foto de ella,  Samira y otra chica. 

— Es igual a...

Se parecía bastante a la pequeña  pero,  Amelia tenía el pelo corto y de color negro,  sus ojos eran azules y tenía pecas. Samira las estaba abrazando mientras ellas reían. 

— Que raro. 

Salí de su cuarto,  el último era el de Samira,  tomé una de sus sabanas,  bajé las escaleras y la cubrí mientras preparaba algo para comer,  en pocas horas nos iremos. Pan tostado con tocino y un buen jugó de naranja levantó el ánimo de ambos. 

Acuerdos [Vol 3] [Trilogía relaciones Tóxicas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora