Capítulo 29

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Sebastián se había desmayado,  estaba borracho y era algo intolerable en su forma de hablar, tocaba bastante a Amelia y se reía como loco,  ellas dos solo lo miraban y más ella con decepción,  no se esperaba que volverlo a ver fuera de esta manera. 

— ¿Qué haremos ahora,  Samira?  — Preguntó Amelia. 

— Lo llevaremos a su casa,  ya llamé a Fausto y Luis para que me ayuden con el mientras las llevó al hotel. 

— Queremos ir contigo. 

— Saben que no es posible,  y mucho menos en la situación que nos encontramos. 

— No quieres que me vean.  — Dijo ella.  — Eso es. 

Tenía razón,  no quería que ninguna fuera y menos que la viera a ella. 

— Quiero ir,  ya no quiero esconderme,  ya no más por favor,  Samira.  He pasado mucho tiempo encerrada ocultándome de todos. 

— Vamos mamá,  déjala si cree que esta lista es porque lo está. 

En algún momento tendría que presentarla a todos,  es mejor tarde que nunca.  Se que no es el mejor momento pero tendría que hacerlo.

— Esta bien,  ¿ya sabes que dirás?

— La verdad. 

— No conoces bien a Luis y Carolayn,  ella tiene cierto problema con no quedarse callada y Luis es muy.... 

— Muy Fantiny, lo se.  Tranquila. 

— Si te preguntan,  o se sorprenden por favor di la verdad siempre,  Fausto es un detector de mentiras. 

— Entendido,  alguna sugerencia más. 

— No te reconocerán al instante,  sabes que no estas como antes,  cinco años son cincos años,  entonces,  si te preguntan di tu nombre si no te creen...

— Tengo muestras para que me crean,  descuida. 

— Y tu, Amelia. 

— Se mi papel,  ya no diré nada,  solo me desahogue con Fantiny,  lo siento. 

— No te preocupes,  di lo que quieras desahógate de la manera que quieras si de igual forma él se va de nuestras vidas espero que sea con una buena razón. 

Ya habíamos llegado a su casa,  las empleadas me recibieron algo asombradas, traíamos a Sebastián como podíamos tres mujeres y sin nada de masa en el cuerpo es una pérdida de fuerza que no tenemos.

Uno de sus guardaespaldas nos hizo el favor y lo llevó a su cuarto.  Hacía mucho tiempo que no estaba en esta casa,  malos y buenos recuerdos pasaban por mi mente,  pero no era el momento como para recordar malas experiencias nuestro propósito era él. 

— No quiero entrar.  — Dijo ella. 

Para todos es difícil,  más para nosotras. 

— Ven.  — Le entendí mi mano.  — No te soltaré,  olvida lo que pasó todos estamos aquí a pesar de todo y eso es lo que importa. 

Ella tomó mi mano y se sostuvo firme,  Amelia fue al cuarto de Sebastián mientras que esperaba a que Luis y Fausto se manifestaran en llegar. 

— ¿Qué crees que pasé,  Samira?  O sea cuando me vean que cara pondrán.

— Ya te dije no te reconocerán,  solo si hablas con ellos sabrán quien eres mientras, guarda las lágrimas para después. 

Cinco minutos después la puerta sonó y era Luis Y Fausto,  sus caras de impresión valían oro,  Fausto me miraba y no sabía que decir, esta asombrado,  he cambiado bastante. 

Acuerdos [Vol 3] [Trilogía relaciones Tóxicas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora