Sebastián se había desmayado, estaba borracho y era algo intolerable en su forma de hablar, tocaba bastante a Amelia y se reía como loco, ellas dos solo lo miraban y más ella con decepción, no se esperaba que volverlo a ver fuera de esta manera.
— ¿Qué haremos ahora, Samira? — Preguntó Amelia.
— Lo llevaremos a su casa, ya llamé a Fausto y Luis para que me ayuden con el mientras las llevó al hotel.
— Queremos ir contigo.
— Saben que no es posible, y mucho menos en la situación que nos encontramos.
— No quieres que me vean. — Dijo ella. — Eso es.
Tenía razón, no quería que ninguna fuera y menos que la viera a ella.
— Quiero ir, ya no quiero esconderme, ya no más por favor, Samira. He pasado mucho tiempo encerrada ocultándome de todos.
— Vamos mamá, déjala si cree que esta lista es porque lo está.
En algún momento tendría que presentarla a todos, es mejor tarde que nunca. Se que no es el mejor momento pero tendría que hacerlo.
— Esta bien, ¿ya sabes que dirás?
— La verdad.
— No conoces bien a Luis y Carolayn, ella tiene cierto problema con no quedarse callada y Luis es muy....
— Muy Fantiny, lo se. Tranquila.
— Si te preguntan, o se sorprenden por favor di la verdad siempre, Fausto es un detector de mentiras.
— Entendido, alguna sugerencia más.
— No te reconocerán al instante, sabes que no estas como antes, cinco años son cincos años, entonces, si te preguntan di tu nombre si no te creen...
— Tengo muestras para que me crean, descuida.
— Y tu, Amelia.
— Se mi papel, ya no diré nada, solo me desahogue con Fantiny, lo siento.
— No te preocupes, di lo que quieras desahógate de la manera que quieras si de igual forma él se va de nuestras vidas espero que sea con una buena razón.
Ya habíamos llegado a su casa, las empleadas me recibieron algo asombradas, traíamos a Sebastián como podíamos tres mujeres y sin nada de masa en el cuerpo es una pérdida de fuerza que no tenemos.
Uno de sus guardaespaldas nos hizo el favor y lo llevó a su cuarto. Hacía mucho tiempo que no estaba en esta casa, malos y buenos recuerdos pasaban por mi mente, pero no era el momento como para recordar malas experiencias nuestro propósito era él.
— No quiero entrar. — Dijo ella.
Para todos es difícil, más para nosotras.
— Ven. — Le entendí mi mano. — No te soltaré, olvida lo que pasó todos estamos aquí a pesar de todo y eso es lo que importa.
Ella tomó mi mano y se sostuvo firme, Amelia fue al cuarto de Sebastián mientras que esperaba a que Luis y Fausto se manifestaran en llegar.
— ¿Qué crees que pasé, Samira? O sea cuando me vean que cara pondrán.
— Ya te dije no te reconocerán, solo si hablas con ellos sabrán quien eres mientras, guarda las lágrimas para después.
Cinco minutos después la puerta sonó y era Luis Y Fausto, sus caras de impresión valían oro, Fausto me miraba y no sabía que decir, esta asombrado, he cambiado bastante.
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Acuerdos [Vol 3] [Trilogía relaciones Tóxicas]
RomanceTercera y ultima parte de la trilogía Relaciones Tóxicas. Han pasado tres largos años y todo a cambiado. Después de tres años de llorarle a su fotografía y fingir ser feliz con alguien que él no ama, decidió que lo mejor era buscar la felicidad que...