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Big bola

Arriba las manos cariño — dice mientras apunta con un revolver, que ha sacado de improviso del bolso.

Ya escuchaste a la dama imbécil — dice una voz a mi espalda mientras recibo un golpe contundente en la cabeza.

Una lluvia de puños y puntapiés caen sobre mi cuerpo que yace después tendido sobre la arena, no veo nada, apenas tengo la suficiente fuerza para llevar mis manos a la cara.

Los escucho alejarse, la fuerza me abandona, no me duelen las risas: lo único que lamento es que se hayan ido con mi dinero.

La luna también se va y da paso a la mañana, hay gaviotas volando sobre mi vergüenza.

Un desconocido me ayuda a incorporarme y después de ir al hospital, me lleva a la estación de policía.

Lamento que la suerte me haya abandonado; por más que intento alejarme, los problemas estos siempre me encuentran.

La fortuna nunca está a favor de los que apuestan.

De Bar En BarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora