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Cantinera

Es domingo por la madrugada: tengo frío, sed y la boca rota. Posiblemente tenga rotas también algunas costillas.

La celda está llena de borrachos, inocentes y otros cuantos más: tengo el presentimiento que siempre me persiguen los problemas.

Había ido a un lugar tranquilo a beber con Jeanie y a escuchar rock de los ochentas.

La cita pintaba bien, cantábamos y reíamos con mis bromas: era raro estar en un lugar con ella, donde yo no fuera su cliente.

Los problemas comenzaron cuando un tipo ebrio, posiblemente un cliente del lugar donde ella trabajaba la reconoció y comenzó a molestarla.

El resto de la noche la nombro con mil variantes de la palabra p***.

Yo estaba furioso, ella me pedía que me calmara y que lo ignorara.

Le pedí a una persona de seguridad del lugar que lo retirara pero no hizo caso.

De Bar En BarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora