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Neverland

Doy un paseo por el apartamento; trato de aclarar mis pensamientos.

Miro al espejo y lavo mi cara: intento averiguar el  por que de esta sensación de irrealidad ¿Que se han llevado? ¿Que es lo que hace falta?

Reviso minuciosamente cada rincón de la habitación pero lo mio continúa en el mismo sitio; estuve a punto de darme por vencido hasta abrír la puerta del closet y darme cuenta de que es lo que hace falta.

¡Ya no están ahí! Ya no están las cosas de Mary, tampoco sus tacones, su ropa extravagante, ni siquiera la falda corta que me enloquecía: todo ha desaparecido, como si se hubiera evaporado.

Lo mismo pasa en el buro: toda su ropa interior desapareció, en el cuarto de baño no está su maquillaje ni siquiera su cepillo.

Siento enloquecer, no hay rastro de ella, es como si nunca hubiera existido.

Me siento solo y derrotado, estoy conteniendo el impulso de llamar a la policía; quizás ellos no crean que me han robado, quizás digan que estoy loco y tal vez tengan razón.

No parece esta casa un sitio donde  allá vivido una mujer alguna vez.

Doy las cosas por perdidas y me derrumbó en el sofá resignado, estoy a punto de encender el televisor cuando un mensaje en el teléfono desvía mi atención. Me dispongo a leerlo:

De Bar En BarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora