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Barracuda

He trabajado en esta compañía 20 años, he ahorrado lo suficiente y tengo algunas propiedades que me permitirán vivir cómodamente mi retiro; así que si me despidieran el día de hoy solo iría a dormir a casa —.

Todos bajaron los ojos, nadie ni siquiera quien pregunto esperaba esa respuesta; el viejo había jugado bien a las cartas con su vida y todos lo sabíamos, ahora nadie podía mirarlo a la cara.

Después cambiaron de tema, eventualmente dejamos de hablar de cosas de trabajo y pasamos a charlas de cosas más triviales.

Cuando inicio la nueva jornada en la oficina nadie hizo un comentario sobre lo que sucedió en la reunión: seguíamos con nuestras rutinas, esperando  cobrar nuestros cheques.

También evitábamos al viejo por los pasillos: a todos nos incomodaba, así como incómoda la verdad una vez que deja descubierta la mentira.

Nosotros continuaríamos, quizás para siempre, aferrados a un empleo que nos disgusta pero que también paga las cuentas.

De Bar En BarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora