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Bananas

— ¿Donde te metiste todos estos días?
— ¿Solo para eso me llamas?
—Es la última vez que te presto dinero, creo que necesitas en verdad ayuda.

Es bueno volver a casa, ver lugares familiares y escuchar voces conocidas, cuando se está lejos se aprecia lo que se ha dejado atrás; además aquí hay más lugares donde embriagarse.

Hay un lugar en el centro, junto al palacio municipal, frente al sindicato de obreros, donde mi mujer y yo solíamos ir a beber. Se que ella no estará ahí, así que decido visitar ese lugar.

Subo las escaleras iluminadas con neón hasta el segundo piso, es agotador, pero siempre vale la pena: muchas de las prostitutas que llegan a esta ciudad casi siempre comienzan a trabajar en este lugar.

De Bar En BarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora