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Bamba

Tercera llamada:

— ¡Caballerooos! Atención por favor; esta noche en la pista, debutando con nosotros en este night club, se encuentra, la hermosa: ¡Jeanieee!

Ya no puede darme su consejo, con una sonrisa en el rostro sale a dar su número.

De un trago bebo mi cerveza y después tomo un cenicero y enciendo un cigarro. Jeanie es un festín para los ojos, pero aún así no tengo ganas de  verla bailar; en lugar de eso saco mi teléfono y observo la pantalla del celular.

Ni siquiera escucho cuales son las canciones que ella baila; tengo tantos pensamientos como fotografías de ella guardadas en el móvil.

Hay un desfile de recuerdos frente a mis ojos: el día que nos conocimos; la primer salida al cine, el primer beso, las noches en hoteles. Los domingos en los que en vez de ver películas nos quedábamos dormidos.

Todo estaba ahí: en mi cabeza. No tiene caso seguir conservando fotos pero tampoco me siento capaz de borrarlas.

Aquí también están esos otros recuerdos: los desplantes, las lágrimas y las peleas, pero por algún motivo, esos recuerdos no son tan claros.

El inconsciente es astuto, prefiere evitar los momentos malos: esos se quedan enterrados, muy profundo en algún lado.

Es curioso darse cuenta que la vida no es realmente como pasa, sino como uno la recuerda.

De Bar En BarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora