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Bananas

Me siento en la mesa cercana a la pista, donde puedo ver con comodidad el espectáculo. En la mesa contigua hay un viejo devorando el coño de una chica.

Supongo que cuando se llega a cierta edad ya no se puede temer a nada y se puede hacer lo que uno quiera, sin temer a las consecuencias.

Por suerte aún no tengo la suficiente edad para hacer lo que se me plaza, además no quiero coger granos en la boca.

Tercera llamada: Jeanie, a la pista.

De Bar En BarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora