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— He conocido mujeres que han muerto en hoteles sólo por que alguien se niega a pagarles, vagos muriendo en las aceras, evitados como los perros, niños que que hacen lo necesario para sobrevivir.

— Se que no soy una santa y se que sólo con pensar así me condeno al infierno, pero me cuesta trabajo creer en dios cuando permite que sucedan las cosas.

— ¿Y que te hace seguir creyendo en dios después de haber observado tanta mierda? — le pregunte a Jeanie de manera incisiva.

— Cuando mi hijo enfermó yo pedí por un milagro, no tenía dinero para pagar un tratamiento y ni siquiera trabajo; le pedí a dios por cualquier cosa y al día siguiente una prima me llevo a un lugar donde podría ganar mucho dinero con sólo bailar.

— Ahora mi hijo está sano, vive con mi mamá en un mejor lugar, no le falta nada y esta muy lejos como para que yo lo pueda avergonzar.

— Pero muñeca; eso no es un milagro: es una decisión que tomaste debido a que estabas desesperada.

— Recibí una respuesta; ahora tengo  trabajo aunque sea de puta, tal vez no fue lo que yo quiero para mi misma pero resuelve mis problemas. No todos vemos los milagros de la misma manera pero eso no quiere decir que no sucedan.

De Bar En BarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora