Cap. 17

588 29 1
                                        

Narra Agoney

Llego a casa, y como no, nada más entrar Glenda sale de su habitación y viene hacia mi.

Gl: ¿Que son estas horas de llegar?
A: perdón, es que no ne había dado cuenta de la hora y...
Gl: voy a tener que hablar con tu novio para que no te secuestre más tiempo, eh.
A: Glenda, ya te dije mil veces que no es mi novio.
Gl: bueno, da igual. ¿Qué tal la noche?
A: pues...cantamos una canción y al final me besó...
Gl: ¡Que vivan los novios!
A: no tienes remedio...
Gl: hijo, vamos a ver, si te ha besado pues ahí hay algo.
A: una buena amistad.
Gl: atrévete a decirme lo mismo dentro de un mes.
A: y con mucho gusto lo haré.
Gl: no te lo crees ni tú.
A: bueno...me voy a la cama. ¡Buenas noches!
Gl: ¡Buenas noches!

Entro a mi habitación, me pongo el pijama y me tumbo en la cama. Realmente a sido un día muy raro, en mi primer día de instituto ya me llevo bien con toda mi clase, Nerea y Raoul me han enseñado toda la ciudad, me he besado con Raoul el cual esta mañana pensaba que lo iba a odiar para siempre...
Mi vida es una montaña rusa. Y sin darme cuenta entro en un profundo sueño.

Ya es sabado. He quedado con Raoul a las 10:30 en su casa y ya son las 9:30. Todavía tengo que ducharme, peinarme, vestirme...
Entro a la ducha mientras algunas de mis canciones favoritas van sonando en mi movil. Hasta que llega una canción, "manos vacías" en la que no puedo evitar recordar al rubio. Una sorisa amplia llena mi cara, mientras recuerdo el beso y a todos gritando de alegría.

Salgo de la ducha y me visto, voy muy sencillo. Voy al baño y me peino rápidamente ya que he tardado mucho en ducharme y ya llego tarde.

Salgo de casa tras despedirme de Glenda, llego a casa de Raoul, y toco el timbre. Abre la puerta casi al segundo.

R: ¡Buenos días!
A: buenos días.
R: venga, pasa.

Entro a su casa, y me doy cuenta de que está igual que ayer, con un pantalón solamente.

A: ¿Siempre que venga a tu casa vas a estar así?
R: no creo, es que simplemente me gusta ir así por mi casa.
A: ah, bien.
R: ¿Has desayunado?
A: claro.
R: jo, me hacía ilusión desayunar contigo...
A: no pasa nada, otro dia será.

Vamos a la cocina y él empieza a desayunar. Me quedo mirándole.

A: Raoul, ¿Qué significó el beso de anoche para ti?
R: pues...

No mires atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora