Capítulo 1

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SOPHIE JONES

Acabábamos de llegar a Accrington cuando mi teléfono no dejaba de vibrar en mis piernas, eran mensajes de Ryan.

Me decía que había calculado la hora en la que se suponía que debía llegar a Accrington y me preguntaba si ya lo había hecho y si estaba bien.

Le respondí que si, también le pregunté como se sentía.

Cuando mi padre aparco el auto fuera de la cochera, observe la cuadra.
Todas las casas eran iguales. Altas, de ladrillos pequeños, con puertas blancas, un patio trasero y una amplia cochera para guardar el auto.

Nuestra casa se veía igual, sólo un poco descuidada.

Abri la puerta y salí, contemplando un poco todo, parecía que nada había cambiado.

—Ayúdame aqui, cariño. —me pidió mi padre, mientras abría el baúl del auto, para sacar algunos bolsos.

—Si... —susurre mientras me acercaba a el, para agarrar dos bolsos.

Mientras tanto, mi madre abría la puerta de la casa, parecía que la madera estaba podrida y que se caería pronto.

—Ven, Sophie —me dijo mi madre mientras entraba a la casa—Fíjate de dejar las cosas donde no haya mucho polvo, voy a ayudar a tu padre.

Cuando entré a la casa, una oleada de olor a humedad golpeó mi rostro, mi madre no mentía, había polvo en todas partes y la suciedad que estaba pegada al suelo, junto con algunos bichos era repugnante, quería salir corriendo.

Los muebles estaban igual, y por suerte nada excepto la apariencia se había arruinado.

Decidí subir a lo que una vez había sido mi habitación. Al entrar, los recuerdos golpearon mi cabeza, cómo si de una enorme ventisca se tratara.
Sólo tenía mi ropero, y el suelo de madera totalmente sucio.
Imaginé a Reece, como la última vez que habíamos jugado aquí. Fue a las escondidas, el que perdía tendría que preparar la limonada. Reece se había escondido dentro de mi ropero y yo creí que era su turno de contar, entonces me escondí en el ropero también y nos encontramos, ambos terminamos preparando la limonada.
Fue muy divertido, porque ese día, en lugar de venderla, ambos nos sentamos en el patio trasero de mi casa y tomamos la limonada mientras Reece tocaba su guitarra y cantaba y yo dibujaba su retrato.

—¡Baja, cariño! —grito mi madre—Alguien quiere saludarte.

Reece.

Baje las escaleras corriendo, anhelando encontrarme con mi mejor amigo esperando a darme un abrazo, para luego gritarle.

—¡Sophie! —corrió a abrazarme y habia extrañado tanto el aroma a sahumerio que tenia su casa y particularmente también la tenia su ropa.

—Lyndsey, hola —correspondi a la madre de Reece, un poco decepcionada de no haber visto a su hijo.

—¿Cómo estás?, linda —me pregunto agarrando mis manos.—Creciste tanto, te hemos extrañado mucho por aquí.

—Bien, ¿ustedes? —pregunté viendo la cara de la mujer, que ahora estaba más arrugada que antes, pero no demasiado. —Yo también los extrañe mucho.

—Nosotros bien, ¿Qué decirte? —respondió mirando a mi madre —ni bien vi que aparcaron el auto quise venir a invitarlos a cenar esta noche.

—Claro que si, Lynds. —acepto mi madre. —¿Cómo decirles que no?

—¡Que lindo será volver a cenar juntos! —chillo sonriendo—Le diré a Jamie que prepare tu comida favorita. —me dijo acariciando mi mejilla.

—Oh, gracias Lyndsey, no deben molestarse. —respondí sonriendo.

—Nos vemos más tarde, saben que cualquier cosa pueden pedirnos, no es molestia. —ofreció saliendo de la casa.

—Gracias Lynds. —le agradeció mi madre.

—¡Nos vemos! —salude.

—Tu padre está hablando con Jamie, Lyndsey me contó un poco sobre Reece, la industria de la música lo tiene ocupado. —me contó y yo asentí. —Pero tiene un descanso, su avión llega esta noche, esta ansioso por verte.

—Yo también, ya quiero verlo. —confesé sonriendo.

El resto de la tarde ayude a mi madre a organizar y a limpiar algunas cosas y a mi padre a arreglar algunos estantes y rincones de la casa que estaban muy destruidos. Por suerte mi padre había traído sus herramientas y también la aspiradora.

—Sophie, ve a prepararte si quieres, tu padre irá a comprar helado para que llevemos, cuando regrese vamos. —me dijo mi madre.

—Si, ya voy.

Subí a mi cuarto, pude acomodarlo un poco. Instale el catre justo contra la pared, a un lado del ropero, al que ya le pase un trapo.

¿Qué podría ponerme?

Abrí el bolso que estaba en la cama y saque la ropa que contenía. La observe con detenimiento, empaque prendas cómodas y así iría.

Tenia un vestido celeste con enormes círculos blancos y en el medio una cinta blanca. Me lo pondría, es mi vestido favorito.

Deje sueltos mis cabellos rubios, me coloque mis zapatillas blancas y salí de mi habitación.

Mi madre ya estaba lista. Se había colocado una camisa blanca con su saco marrón favorito y su pantalón negro, que hacía juego con sus zapatos del mismo color.

Mi padre llegó minutos más tarde, paso a avisarnos y salimos hacia la casa de los Bibby.

Como extrañaba ese lugar...

Mi padre tocó la puerta con su mano derecha mientras sostenía el helado en la otra.

—Bienvenidos, pasen por favor —Jamie —el padre de Reece—nos dio la bienvenida después de abrirnos la puerta.

—Oh, gracias Jamie. —le dijo mi padre, mientras pasábamos.

—¿Cómo estás?, Sophie —pregunto con una sonrisa. —Estoy encantado de volver a verte.

—Gracias, Jamie. —lo abrace —para mi es fascinante que volvamos a cenar todos juntos.

—¡Sophie! -—chillo Lexie —la hermana de Reece— mientras se acercaba a abrazarme.

—Hola, Lex —la abrace— si que creciste, estas enorme, no puedo creerlo.

—Tu también creciste. —río.

Parecía nada haber cambiado dentro de la casa, más que el color de las paredes y el tapiz de los sillones.

—Trajimos el postre —decía mi mamá mientras le extendía la bolsa con el helado a Jamie.

—No se hubieran molestado, gracias.

—¡Oh, ya llegaron! —gritaba Lyndsey emocionada mientras bajaba las escaleras. —Me siento muy feliz.

—Gracias por invitarnos Lynds —la abrazo mi madre. —Lexie, estas tan preciosa.

Sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal. Mordí mi labio inferior, creyendo saber lo que significaba eso.

—Hola, Soph... —era Reece, parado en la escalera, viéndome con sus ojos y yo sentía que estaba a punto de desmoronarme.

—Hola Reece...

Dedicado a Sofy_Giliberti, gracias por impulsarme a escribir este capítulo mi vida, espero que te guste ❤

Limonada para dos (Reece Bibby Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora